Mi personaje favorito de This Is Us no
es uno individual, sino una mezcla de dos. Mejor dicho, mi personaje favorito
son dos cuando están juntos, así que en realidad estoy hablando de una
relación. Rebeca y Randall representan todo a lo que aspiro ahora mismo. Esa
conexión tan íntima entre madre e hijo, capaz de sobrevivir a cualquier
obstáculo.
En el capítulo Pilgrim Rick, la familia
Pearson se queda tirada en la carretera en Acción de Gracias, lo que los obliga
a improvisar y crear su propia tradición a partir de ese caos.
Yo también he creado una tradición con mis hijos.
La empecé con mi hija cuando empezó el cole, en I3. Los días de libre
disposición del colegio, yo me cojo fiesta en el trabajo y nos vamos juntas a
desayunar a la cafetería Mistral, en Barcelona. Pedimos croissants minis, escalivada,
ensaimada, yo café... y a veces repetimos de todo un poco. Es el "día de
comida chatarra", como dice ella.
Después caminamos hasta la tienda Lego, y nos
quedamos allí hasta que nos cansamos de jugar con las piezas y ella decide qué
caja quiere que le compre y cuál pedirá a los Reyes (los Reyes nunca se van de
su cabeza, aunque sea mayo o febrero).
Ahora ella tiene seis años y mi hijo cuatro.
También tiene fiesta esos días. No le entusiasman los Lego tanto como a su
hermana, pero se ha unido al plan. Tampoco le queda otra: su padre trabaja y su
abuela reparte las mañanas entre yoga y pintura desde que se jubiló. No tiene a
nadie que lo cuide. Pero se lo pasa bien, le gusta coger el metro y las palomas
de Plaza Catalunya. Y hay algo en las tradiciones que enciende una ilusión un
par de días antes, y que convierte ese momento, repetido cada cierto tiempo, en
algo especial.
Las tradiciones serán algo que recordarán. O eso
espero. Intento que las dinámicas tengan un sello propio. Quizás me equivoque y
no lo recuerden cuando sean adultos. Quizás tampoco recuerden las cenas de
Halloween ni la comida temática que cocino cada 31 de octubre desde hace tres
años.
Pero pienso en Kate Pearson, la hija de la
familia en This Is Us, y en lo profundamente marcada que está, ya de
adulta, por esa tradición de Acción de Gracias que su padre creó para ella y
sus hermanos. No puedo evitar que esto
me lleve a otra relación generada en la serie y esta es la que mantiene la
propia Kate con su hermano mellizo Kevin. Este vínculo también lo quiero para
mis hijos. Hay muchas cosas en This is Us de las que me gustaría apropiarme,
otras no tanto.
No sé si mis hijos recordarán las tradiciones.
Pero, de momento, se sienten parte de una. Aunque no sepan todavía qué
significa la palabra "tradición".




¡Qué entrada tan tierna y llena de corazón, María! Me ha encantado leer tu "pequeño diario" sobre tradiciones, y se nota el amor inmenso que pones en cada palabra. No he visto la serie, pero me gusta todo lo que conlleva relaciones de familia en cine o literatura. Me imagino a tu hija de seis años y a tu hijo de cuatro, con esa ilusión que se enciende días antes, subiendo al metro rumbo a Mistral. Esos croissants minis, la escalivada, la ensaimada (¡y repetir un poquito de todo!), y luego el paraíso Lego... ¡Qué planazo!
ResponderEliminarEnhorabuena por esa ya doble maternidad...como pasa el tiempo jeje.
Besos, María!
Hola Miguel! sí, pasa muy rápido, no sé si me gusta o me da miedo lo rápido que va todo. Escribí el texto un poco del tirón, porque justo ayer fue uno de esos días que no había cole y se me ocurrió de repente. Los Lego son todo un mundo :)
ResponderEliminarUn besito!!
Es precioso crear tradiciones con los hijos desde pequeños. Mi hijo que ya tiene 38 años, era también un enamorado de los Lego. Cuando salíamos juntos solía comprarle una cajita pequeña. Las grandes venían en Reyes y en cumpleaños. Esa era una hermosa tradición, salir a comprar libros para él y opara mí y terminar escogiendo la cajita Lego.
ResponderEliminarUn beso.