domingo, 29 de abril de 2018

Reseña: Fuimos canciones




DATOS DEL LIBRO

Título: Fuimos canciones
Editorial: SUMA
Autor: Elisabet Benavent
Nº de páginas: 534
Género: Romántica
ISBN: 9788491292586

Sinopsis.

Macarena vive en Madrid y es asistente de una influencer de moda.
Macarena disfruta la vida a sorbos e intenta ser feliz.
Macarena tiene dos amigas: Adriana y Jimena.
Macarena guarda un secreto que deletrea a escondidas.
Ese secreto tiene tres letras: L-E-O.
Macarena no sabe que Leo está en Madrid.
Macarena teme, Macarena sueña, Macarena ama, Macarena vuela...
Y en este juego del destino intenta aceptar que lo que fuimos no puede ser lo que seremos...
¿O quizás sí?
Porque a veces lo que fuimos da sentido a lo que de verdad somos.
  


Opinión personal.

Siempre me ha costado catalogar las novelas de Elisabet Benavent dentro del género romántico, pero es ahí donde se encuentran en las librerías. Aun así, las veo mucho más cercanas a Sexo en Nueva York que a historias puramente románticas. Quizás el género más correcto para definirlas sea chick lit, como lo sería El diario de Bridget Jones o las novelas de Shopie Kinsella, y no romántica, aunque últimamente tengo un terrible problema para discernir de una manera limpia los géneros, ya que tengo la sensación de que todos acaban mezclados. Hace tiempo subí una foto a Instagram dónde planteaba: ¿Diario de una ninfómana, 50 Sombras de Grey y Las edades de Lulú se pueden comparar? Sinceramente espero que no, aunque sea por el gran respeto que profeso a Almudena Grandes. Lo que quiero decir es que parecen sacadas de tres géneros diferentes, dejando de lado la diferencia de calidad entre cada una de ellas, la cual no voy a comentar ahora. No me quiero desviar del tema, otro día hablaré de los géneros y calidades/ decepciones.

Me resistí mucho a leer a Elisabet Benavent, porque la novela romántica no está entre mis géneros preferidos. No me gusta demasiado leer sobre amores incondicionales, y personajes que dedican su existencia a sufrir por amor, pero me llevé una sorpresa cuando me enganché enseguida a Los zapatos de Valeria. Y vuelvo a insistir, quizás porque no son historias románticas convencionales, sino que suelen tratar sobre un grupo de amigas jóvenes y solteras y sus problemas (del primer mundo). Imagino que después del fenómeno Beta Coqueta (el alter ego de Elisabet Benavent) casi todo el mundo habrá oído hablar de ella. Sus historias, como he dicho, se basan en la vida diaria de un grupo de amigas, con sus problemas laborales, sociales, familiares y amorosos, y además poseen bastante contenido sexual, aunque tampoco las llamaría novelas eróticas. Entonces, ¿qué es lo que Elisabet Benavent ofrece en sus historias? Pues siempre lo he tenido claro: remueve sentimientos y hace que te sientas identificada en algún momento. Desde mi punto de vista, los problemas planteados son bastante reales en la sociedad, esos momentos de bar que Elisabet Benavent describe, las conversaciones entre amigas, divorcios antes de los treinta, el cómo te sientes tras una infidelidad, los ligues que hacen que te plantees qué estás haciendo con tu vida, y a menudo, esa madre preocupada porque sales mucho y que ha visto “al vecino de tu primo” y le ha dicho que el otro día te vio emborracharte con un chico y te pregunta ¿quién es? ¿es tu novio?
Estoy poniendo ejemplos, pero lo que quiero decir es que Elisabet Benavent recrea demasiado bien la sociedad treintañera.  

Después de la saga Valeria lo leí prácticamente todo de la autora, y todo me gustó, excepto la biología de Sofía, donde los personajes me parecieron tristes, inseguros y tan poco dispuestos a decidirse que te agotan.

Fuimos canciones es la primera parte de una biología, el 6 de mayo saldrá a la venta el desenlace (Seremos recuerdos). Esto es un buen trabajo de márqueting y lo demás son tonterías.
La historia se centra en Macarena, una chica absolutamente normal que trabaja como asistente de una influencer de moda, Pipa, una especie de Dulceida repelente (por cierto, Dulceida es de Badalona). Macarena no está muy conforme con su vida, y su jefa es un auténtico ogro, pero de momento, no se siente valiente para cambiar su vida. Además, mantiene una relación informal con Coque, uno de esos ligues desastrosos de los que hablaba antes. De repente, un día se reencuentra con Leo, su exnovio, a quien conoce de toda la vida porque era el mejor amigo de su hermano. Y aquí empieza el tira y afloja.
Por otro lado, están sus amigas, Adriana y Jimena, cada una con sus propios problemas y traumas. Una, obsesionada con la muerte del novio de su adolescencia y otra, casada desde hace mucho tiempo con un hombre que ya no le genera ningún tipo de pasión.

Esta novela me ha parecido diferente a las demás, y mientras leía no sabía muy bien qué la diferenciaba. Ahora pienso que, mientras en las otras novelas las protagonistas van madurando y convirtiéndose en adultas a medida que la historia avanza, en esta las tres ya han crecido y empiezan la historia con un grado de responsabilidad. También me han parecido el grupo de amigas más inocente de todos, o quizás las más buenas, o buenazas, las menos malas.
En esta novela también se toca el tema de la homosexualidad a través de cuatro personajes diferentes (unos con más peso que otros), y es la primera vez que Elisabet Benavent introduce este tema en sus historias. Y la verdad, que una de ellas me ha parecido genial.
Otro aspecto que me ha gustado es que cada capítulo tiene el nombre de una canción. Aunque no me sorprende, porque en todas sus novelas hay mucho contenido musical. El marido de la autora es Oscar Martínez, locutor de los 40 principales, así que imagino que ambos deben tener bastante cultura musical.
Otra característica de las novelas de la autora es que en casi todas, Madrid es un personaje más. El otro día leí una reseña sobre esta novela en el blog de Sara Lectora, y decía que ojalá saliera una “guía coqueta”, un recorrido por el Madrid de Elisabet Benavent, de igual manera que en nueva York existe el tour Sexo en Nueva York, el cual puedes hacer por libre o con guía, y pensé que sería una idea genial. Yo hice el de Nueva York y me gustó muchísimo ver en persona los rincones.

Y como nada puede ser perfecto siempre, voy a nombrar un pero. Lo que no me gusta de las novelas de Elisabet Benavent son los capítulos narrados por el personaje masculino protagonista (las novelas siempre están narradas en primera persona). Y lo que no me gusta de estos capítulos, que no suelen ser muchos, es la poca credibilidad pese al esfuerzo de la escritora. Yo siempre escribo historias donde los protagonistas son mujeres, y lo hago únicamente porque creo que los hombres y las mujeres tienen mentalidades diferentes en muchos temas. No me siento segura entrando en la mente de un hombre (no sé cómo habrá sonado esto). Un ejemplo muy claro: en uno de los capítulos del libro, Leo dice que Macarena lleva un vestido vaporoso que le sienta muy bien. Vamos a ver, ningún hombre va a decir nunca “lleva un vestido vaporoso”, o eso creo yo, vamos. Ni siquiera yo sé muy bien qué es un vestido vaporoso, y eso que me gusta la ropa.

En general la novela me ha gustado mucho, me ha entretenido y enganchado, aunque creo que a veces la historia se alarga demasiado, especialmente la de la protagonista, Macarena. Las historias de las dos amigas, Adriana y Jimena, las he encontrado perfectas.

Por cierto, me hice una foto con la autora el día de Sant Jordi y me firmó el libro.


Y para acabar, ya que he nombrado el día de Sant Jordi, os enseño mis adquisiciones del día (cuatro de las cinco), aunque falta mi rosa en la foto. El quinto libro es Morder la manzana, de Leticia Dolera.


Ahora estoy leyendo La flor púrpura, de Chimamanda Ngozi Adichiey de momento me está encantando .


domingo, 22 de abril de 2018

Reseña: Las cosas que no nos dijimos



DATOS DEL LIBRO

Título: Las cosas que no nos dijimos
Editorial: Planeta
Autor: Marc Levy
Nº de páginas: 352
Género: Narrativa
ISBN: 978-84-08-09403-6

Sinopsis.

Cuatro días antes de su boda, Julia recibe una llamada del secretario personal de Anthony Walsh, su padre. Walsh es un brillante hombre de negocios, pero siempre ha sido para Julia un padre ausente, y ahora llevan más de un año sin verse. Como Julia imaginaba, su padre no podrá asistir a la boda. Pero esta vez tiene una excusa incontestable: su padre ha muerto.


 Opinión personal.

Las cosas que no te dije…”sueña despierta, vive, vive intensamente, quiere, pero sobretodo quiérete, despéinate, baila…y…ante todo lucha por tus sueños que yo…te aportaré mi granito de arena” feliz blog.

Esto es lo primero que leí cuando mi amiga Laura (una de mis mejores amigas) me regaló el libro, y al abrirlo encontré un post-it con una nota. Esto ocurrió hace unas semanas, uno de esos viernes de cerveza en un bar. Así que el fin de semana empezó bien.

Dicho esto, voy a pasar a la novela. Tenía muchas ganas desde hacía tiempo de leer algo de este autor, pero al final, lo iba aplazando porque era de esas lecturas que no encontraba el momento. Y ahora, después de terminar la novela, tengo que admitir que me ha gustado bastante, más de lo que imaginaba. Por lo que había investigado, Marc Levy construye sus novelas a base a emociones muy humanas y diversos momentos de la vida complicados que las personas puedan vivir, como por ejemplo el duelo, esos momentos llamados “las cosas de la vida”.

La historia empieza cuando Julia, unas horas antes de casarse recibe la noticia de la muerte de su padre. Nunca tuvieron una relación demasiado estrecha, especialmente desde unos años atrás, cuando ocurrió un suceso que actuó de punto de inflexión y rompió la relación que ya estaba deteriorada. Julia no sabe muy bien qué sentir, y anula la boda porque el funeral se celebra ese mismo día. Y unos días después, recibe un paquete enorme en su piso de Nueva York. Al abrirlo, se encuentra con un androide, una réplica de Anthony Walsh, su padre. Al androide se le han implantado todos los recuerdos de Anthony, incluso la manera de actuar, y tendrá una vida de 6 días. Ese es el tiempo del que dispondrá para recuperar el afecto de su hija. Una segunda oportunidad para recomponer lo roto.
En realidad, el androide no es el padre de Julia, y él ya se encarga de ir aclarándolo, porque Julia no puede evitar verlo como a su padre. La mente humana tiende a encapricharse y a humanizar objetos que nos resultan valiosos. Recuerdo que cuando yo era pequeña, el tamagotchi estaba muy de moda, y le cogíamos cariño a un juguete que no dejaba de ser una máquina con una pila. Lo que quiero decir es que, si un juguete enano es capaz de inducir cierta responsabilidad, ¿cómo no vas a sentir fuertes emociones con la réplica de tu padre fallecido?
La novela me ha recordado a un capítulo de Black Mirror (una de las mejores series que he visto), en la que una empresa se dedica a replicar a la persona fallecida si le envías mails, lo publicado en sus redes sociales, fotos, vídeos… Ellos se encargan de que la persona te realice una llamada por las noches. En el capítulo, la protagonista no supera la muerte de su marido y cuando las llamadas se le quedan cortas, contrata el siguiente nivel: enviar el androide a casa.
El tema es abordado de diferente manera. Mientras que en Black Mirror es la viuda la encargada de contratar el servicio porque no supera la pérdida, en la novela es el propio fallecido quien busca una segunda oportunidad y el perdón de su hija.

En resumen, el libro trata sobre cómo algunos sucesos del pasado nos pasan factura en la actualidad. Ese arrepentimiento por el quise y no pude, que no es más que una excusa a una pasada cobardía, o las relaciones parentales no solventadas a tiempo. Al final, nunca se sabe cuándo es tarde para algo y muchas veces pensamos que, si tuviéramos una segunda oportunidad, si volviéramos atrás sabiendo lo que sabemos, las cosas serían diferentes.
Dicho esto, no es una novela de autoayuda, pero sí contiene esa moraleja intrínseca de pensar: mejor arrepentirte de lo que hiciste que de lo que no hiciste.

Lo que me ha gustado: la idea que transmite del perdón y pasar página, es como un libro que critica las maldades humanas. Me sorprendió la idea del androide, creí que recibiría cartas y que sería la propia Julia la encargada de investigar la vida de su padre. Ya había leído varios libros así y lo empezaba a encontrar aburrido y cansino, pero la idea del androide me ha sorprendido muchísimo, y me encantó. También me han gustado los diálogos entre padre e hija (o mejor dicho, entre androide e hija del fallecido) en modo de discusión en los que se reprochan y a la vez se excusan.

Lo que no me ha gustado: es un best seller, a veces cae en algún tópico, como, por ejemplo, que Anthony Walsh sea el típico padre empresario, rico, frío, despegado familiarmente. Otro tópico, amores incondicionales e inolvidables del pasado. Aunque en lo referente al amor, sí me he encontrado un par de frases o temas que me han sorprendido. La primera es la frase: el amor romántico dura siete años. Y la segunda es la capacidad de una pareja en superar una infidelidad cuando se quieren de verdad. Pero toda la historia lo compensa. No me voy a poner tiquismiquis.

Es un libro que recomiendo por el sentimiento humano que conlleva, y porque creo que (a excepción del androide que se pasea por Nueva York, Canadá, Europa) me ha parecido realista. Quizás realista en el sentido de que todos hemos cometido nuestros errores, y todo el mundo ha hecho daño a alguien en algún momento, aunque haya sido sin pretenderlo. Porque al final, no existe una manera correcta de dañar a alguien a quien quieres.



jueves, 12 de abril de 2018

Sobre literatura: últimas lecturas




Feliz jueves a todos, ¿cómo va vuestra semana? Hoy voy a escribir sobre dos lecturas bastante recientes: La semilla de la bruja y La chica del cumpleaños.


La semilla de la bruja.  Margaret Atwood.


Será verdad eso que dicen que cuanto más alto subes más dura es la caída. O, su traducción: ¿qué haces cuando has leído tres novelas de un autor y te han apasionado, y la cuarta no es que la encuentres floja, sino que piensas “pero que mierd…estoy leyendo”????
Pues nada, las dos opciones son o abandonar el libro o leerlo sin ganas. Y yo hice esto último.
Que conste que me duele lo que voy a explicar sobre esta novela, pero entendedme, había encontrado en Margaret Atwood a un referente, porque sus tres novelas anteriores (El cuento de la criada, Alias Grace y Nada se acaba) me gustaron muchísimo. Especialmente Alias Grace. Desde que la descubrí me pareció interesante la manera de escribir de esta autora y su modo otorgar a los personajes femeninos poca delicadeza y un nulo sentido del romanticismo. Son malhabladas y desgraciadas.  Desde mi punto de vista, Margaret Atwood es capaz de describir la psicología humana. Es verbalmente potente y muy psicológica. Eso sí, que se abstenga de su lectura quien deteste las historias lentas.
Dicho esto, voy a centrarme en La semilla de la bruja. A veces inicio una novela sin saber muy bien de qué va, y creo que debería ir dejando de lado esta práctica, porque luego no sé ni en qué punto estoy en la historia. No leí la contraportada de La semilla de la bruja y pensé que la novela trataba de una bruja de verdad, de esas de Salem. Pero no.
Antes de seguir os voy a poner en situación (aunque esto lo averigüé después de terminar el libro): la novela forma parte del proyecto The Hogarth Shakespeare, en el que reconocidos autores versionaron las obras de Shakespeare para rendir homenaje en el 400 aniversario de su muerte. Anne Tyler (Reunión en el restaurante Nostalgia) realizó la relectura de La fierecilla domada, Jo Nesbo (Muñeco de nieve) Macbeth, Tracy Chevalier (La joven de la perla), Otelo, y Margaret Atwood, La tempestad, pero la llamó La semilla de la bruja. Así que cada uno de ellos creó un retelling de diversas obras de Shakerpeare. Un retelling, una adaptación de la novela, una relectura, una versión, llamadlo como queráis.
Aunque no he leído La Tempestad (aunque sí muchas otras obras de Shakespeare), tengo la sensación de que La semilla de la bruja me hubiera gustado tan poco que si lo hubiera hecho, y es que la historia se vuelve más y más enrevesada según avanza la trama. El argumento se centra en una venganza (La tempestad trata sobre una venganza, quizás lo sabíais, pero yo no) y dentro de la historia existe una obra de teatro donde interpretan (¡¡sorpresa!!) La tempestad. Es decir, es como un retelling con una obra de teatro donde interpretan la obra en la que se basa el retelling o yo que sé…Es como si en El diario de Bridget Jones interpretan Orgullo y prejuicio, y Renée Zellweger en lugar de ser Bridget Jones es Lizzy Bennet, y Colin Firth es Darcy, aunque en este caso en El diario de Bridget Jones, Colin Firth ya se llama Darcy porque la autora realizó un homenaje al personaje. En fin, un lio. 
Además, los personajes de La semilla de la bruja son raros. Quizás es que no me gustan las historias de venganza porque me parece un recurso fácil para crear un argumento. Y ya sé que El Conde de Montecristo se centra en una venganza, pero es que los personajes vengativos me agotan. En fin, no voy a desvelar por qué el protagonista de La semilla de la bruja busca venganza, pero sí que, como he dicho, me agotó.
La semilla de la bruja no es que me haya parecido mediocre comparada con las otras obras de la autora, lo peor es que si hubiera sido la primera novela de Margaret Atwood que hubiera leído habría parado aquí. Como veis, no me ha gustado nada de nada. Así que he asumido que sus libros me llevan a los extremos.  Para el siguiente, leeré el argumento antes.

La chica del cumpleaños. Haruki Murakami.


Hace tantos años que sigo a Murakami que ya ni recuerdo cuando lo descubrí ni qué fue lo primero que leí de él.
La chica del cumpleaños es un relato, el cual han publicado en una edición ilustrada por la alemana Kat Menschik. Tiene un total de 80 páginas, y diría que la mitad son dibujos de la ilustradora. Lo leí en una tarde, porque no deja de ser un relato más corto que los que aparecen en Hombres sin mujeres. La trama, como bien dice el título, se centra en una camarera de un restaurante de la zona alta de Tokio, a quien le ha tocado trabajar el día de su vigésimo cumpleaños. El gerente del restaurante le encarga un pedido a domicilio, nada más y nada menos que a casa del dueño del restaurante, y a partir de aquí es cuando el surrealismo de Murakami aparece en la historia. Diría que las dos características principales de Murakami son las situaciones surrealistas y los finales poco cerrados, y en este relato se cumplen las dos. Pero a mí estas dos cualidades siempre me han gustado del autor, y especialmente su manera de narrar los sucesos.
Dicho esto, el libro me ha gustado. Si tengo que sacar una pega es que cuesta 15 euros, es más caro que muchas novelas extensas de bolsillo. ¿Y por qué vale tan caro para las cuatro frases que tiene? (es broma, tiene algunas más). Supongo que Murakami se aprovecha de su nombre, Murakami o la editorial TusQuets. Por otro lado, he de reconocer que el formato es una preciosidad y las ilustraciones me han encantado.
Esto me lleva a pesar (desviándome del tema principal, que es hablar de los libros leídos) que últimamente las librerías están llenas de portadas preciosas que hacen atractivo un libro por fuera, aunque no lo sea por dentro. Yo soy la primera que ha juzgado algún libro por la portada, pero últimamente, sobre todo en la literatura juvenil, todos los diseños están exageradamente cuidados. Me parece que ahora también se puede juzgar a un libro por el exterior. Creo que se está creando un proyecto de Marketing donde no debería ser necesario. Un libro no es un perfume, pero, en fin, yo soy la primera que ha comprado libros de encuadernación bonita. Supongo que las editoriales llevan su lema impreso: a la búsqueda de más dinero.

jueves, 5 de abril de 2018

Reseña: Muerte con pingüino



DATOS DEL LIBRO

Título: Muerte con pingüino
Editorial: Blackie Books
Autor: Andrei Kurkov
Nº de páginas: 288
Género: Narrativa
ISBN: 978-84-17059-46-0

Sinopsis.

Viktor es un escritor arruinado: está sin blanca, lo ha dejado su novia, tiene frío.
Imaginen si se siente solo que decide adoptar a un pingüino. No sabe que este nuevo compañero de piso, Misha, también está deprimido: suelta suspiros melancólicos cuando chapotea en la bañera de agua helada y se encierra en la habitación como un adolescente. Ahora Viktor no solo está triste, sino que debe consolar a su amigo. Y además alimentarlo. Todo se complica cuando un gran periódico le encarga escribir esquelas de personajes públicos que aún están vivos. Parece una tarea fácil. Pero no lo es: los protagonistas de sus necrológicas empiezan a fallecer en extrañas circunstancias poco después de que escriba sobre ellos. Misha y Viktor se ven atrapados en una trama absurda y violenta.

 Opinión personal.

Un oficial de policía pasa con el coche y ve a un agente con un pingüino.
–Llévelo al zoo – le ordena.
Algún tiempo después el mismo oficial pasa otra vez con el coche y vuelve a ver al agente con el pingüino.
–¿Qué está haciendo? –le pregunta–. Le dije que lo llevara al zoo.
–Hemos ido al zoo, camarada oficial– dice el agente– y al circo. Ahora vamos a ir al cine.

Así empieza la novela Muerte con pingüino y, sin embargo, no se trata de una comedia, al menos, de una comedia convencional. Tiene sus dosis de humor, y tampoco diría que es un humor negro, más bien se trata de un humor triste y resignado, si es que esto puede llegar a existir.
Ya he hablado otras veces de la editorial Blackie Books, y mi Instagram de Lo que el viento se dejó está lleno de fotos de Prohibido Nacer, de Trevor Noah, e Instrumental, de James Rhodes (a quien fui a ver a Casa del Libro cuando presentó su ensayo Fugas). Soy una pesada con esta editorial independiente, ya lo sé. Lo que no sabía mientras leía a las estrellas y/o hijos predilectos de Blackie Books (Rhodes y Noah) era que lo mejor estaba por llegar. Ahora sí puedo decir que, si las otras obras me gustaron, Muerte con pingüino me ha llevado a la admiración.
Nunca pensé que me toparía con una historia que fuera cómica, absurda, melancólica, emotiva, y tierna al mismo tiempo.
La historia empieza cuando Viktor, un escritor en decadencia que ha sido abandonado por su novia, decide adoptar a un pingüino del zoo. Pensando que el animal resolvería su soledad, se lo lleva a casa cuando el zoo de Kiev atraviesa una crisis y no puede hacerse cargo de sus animales. Sin embargo, el pingüino (Misha), resulta estar tan atormentado como él.
En medio de tanta soledad y apatía, a Viktor le ofrecen trabajo como escritor de esquelas de las llamadas “personas VIP” que todavía están vivas. Lo único que debe hacer es extraer una lista de políticos y algún famosillo y realizar las esquelas. Durante un tiempo le va bien, per todo cambia cuando “las personas VIP” empiezan a morir sospechosamente.
Sin embargo, la historia tampoco es un thriller ni el eje del argumento es descubrir quién está tras las muertes. Más bien, es una exhibición de la Ucrania postsoviética, corrupta, desolada, donde la gente muere y nadie se atreve a preguntar ni el por qué ni el cómo, donde un zoo en decadencia regala sus animales por falta de recursos y donde unos cuantos dólares puede comprar órganos en cualquier hospital con la opción de no querer saber su procedencia. Y dentro de este marco, Viktor trata de encontrar la felicidad junto a su pingüino y Sonia, una niña abandonada que por casualidad ha llegado a él.

Empecé a leer la novela sin saber muy bien el argumento, la contraportada tampoco dice mucho. Al principio sentía que la historia tardaba en desarrollarse, pensaba que era un thriller y no veía el momento en que despegase. Al final supe que estaba leyendo otra cosa y a medida que avanzaba la historia me di cuenta de que estaba mucho más enganchada de lo que pensaba. No era una adición en cuanto a resolución de la trama, ya he dicho que no es un thriller, sino que era una necesidad de estar con los personajes (me podéis llamar rarita por lo que acabo de explicar).


El autor: Andrei Kurkov


 ·        Nació el 23 de abril de 1961 en Leningrado, San Petersburgo. Curiosidad: nació el día del libro y de Sant Jordi, también el día en que murió Shakespeare. De Cervantes, he leído en algunos sitios que murió en 23 de abril y en otros que fue el 22, así que no lo tengo demasiado claro.
·        Trabajó como traductor de japonés. Curiosidad: yo estudié japonés un tiempo, y como no es un idioma muy proclive al estudio, me hace gracia descubrir a otras personas que lo hayan estudiado y lo hablen.
·       Trabajó como vigilante de prisiones, donde empezó a escribir sus primeras obras infantiles.
·    Comenzó su carrera literaria mediante la autoedición, y ahora sus obras están traducidas a treinta y siete idiomas.


 Para terminar, solo puedo decir que para mí ha sido un gran descubrimiento, la novela me ha parecido emblemática y brillante, me daba pena terminarla. Quizás podría haber alargado un poco más la lectura, la terminé en un día y medio. De momento ha sido la mejor la novela en lo que va de año, y muchas sorpresas me tengo que encontrar en los meses que quedan para que abandone el ranking de las mejores.