martes, 31 de octubre de 2017

Relato: Mañana será otra noche


¡Hola a todos!

¿Cómo se os presenta Halloween? Yo tengo una fiesta de disfraces en casa, así que la foto de cabecera pertenece a la decoración. 
Últimamente parece que este día ha perdido un poco la tradición española y ha dado paso a otra más americana. Y es que ya casi nadie habla de la fiesta de las castañas. En fin, a mí las castañas tampoco me acaban de gustar, ni el Moscatel, aunque sí los panellets, esa masa densa y calórica que se come en Cataluña.


Mi relato de Halloween habla un poco de eso, precisamente, la pérdida del valor de la tradición y de la frivolización de la misma. ¡Espero que os guste!



Mañana será otra noche

Mientras esperaba a que llegasen los niños, Henry Sanders comprobó el estado de su disfraz. Atusó la capa de vampiro y pasó las palmas de las manos por el pelo engominado. Suerte que las canas le habían crecido desproporcionadas, centradas a ambos lados de la cabeza, y eran como los mechones que Elsa Lanchester había lucido en la novia de Frankenstein.
Vale, los suyos eran más naturales. Pero al fin y al cabo, mechones gruesos de canas grises.

En realidad, se dijo, los niños están hechos de pasta clásicay disfrutan con los monstruos de toda la vida: Vampiros, hombres lobo, Frankenstein, la Momia…Recibirlos disfrazado lo iba a convertir en el vecino más guay y molón del barrio.

Había nacido en Jackson, Mississipi, pero había marchado a las afueras cuando la ciudad empezó a crecer y a edificarse hacía arriba, cuando los edificios se apiñaron entre ellos y la gente perdió los modales. Brookhaven, con su aspecto residencial y sin ambición de crecer, se ajustaba más a sus necesidades tímidas. En Brookhaven no había escándalos, sólo familias felices que de vez en cuando paseaban la bandera confederada. Ahora vivía en una casa modesta aunque espaciosa, de ventanas de guillotina y tejado triangular. Y un jardín. Sobre todo, un jardín. La forma redonda del frondoso árbol que crecía justo al lado de casa, cubría parte de su furgoneta blanca.

Si quiero ir a Jackson sólo tengo que conducir una hora. Salgo a las nueve, cuando el sol ha declinado, y a las diez ya estoy en mi antigua casa familiar, explicó una vez a la señora Mallon. Y ella, que en sus años de trabajadora activa había impartido literatura en el instituto de Brookhaven, le había ofrecido una sonrisa amable aunque desconfiada. Ay, señor Sanders, qué gracioso es usted. Y ahíla señora Mallon, dio por finiquitada la conversación, lo cual hizo pensar a Henry al respecto. Todo el mundo sabe que esta señora es una cotilla, ¿por qué no quiere saber nada acerca de mí? Y la conclusión fue rápida: la mujer desconfía y me teme.

Henry se acercó a la ventana e hincó una rodilla en el sofá que había como repisa. Se sintió orgulloso de la disposición de su jardín, con las calabazas clavadas en los picos salientes de la barandilla y las simulaciones de telaraña colgando de un lado a otro. Desde casa contemplaba su decoración brillar. Dirigió la mirada hacia el otro lado de la calle y divisó la casa de la señora Mallon y su decoración austera. Esa señora es incapaz de disfrutar de la mejor noche del año.

Tres niños se acercaron. No supo distinguir de qué iban disfrazados, pero ¿qué importaba eso? Esperó a que picaran para abrir la puerta y al salir al exterior, levantó los brazos con expresión terrorífica. La niña, que iba disfrazada de pollo amarillo, a saber por qué, dio un paso atrás.

Uuuhh – exclamó cuando se recompuso – Qué disfraz más guay que lleva señor Sanders.
Henry la contempló desde arriba. No debía de deshacerse de su postura terrorífica.
¿Cómo sabes mi nombre?
Lo pone en el buzón.
Ah, claro.
¡Truco o trato!
Y dio un par de saltos infantiles. Al fondo, una niña con traje de princesa y un niño disfrazado de lo que le pareció ser un zombi, esperaban en silencio.
Henry llenó las manos de caramelos y los dejó en la cesta de la niña.
¿Por qué vas de pollo? ¿Quieres que se te lleven las brujas?
Las brujas no existen, qué gracioso que es usted.
Henry puso los ojos en blanco. No era gracioso, ¿por que no dejaban de decírselo?
Además no voy de pollo – prosiguió la niña-. Voy de Pikachu.
¿De pica qué?
Pikachu.
No sé qué es eso. ¿Es un demonio?
La niña estalló en una carcajada.
Qué gracioso es. Me gusta su disfraz de vampiro, sus colmillos son...guauuuu. Dan miedo. Me gustaría saber dónde los ha comprado.
De repente, Henry notó que su pecho se llenaba de orgullo, y la seguridad se apoderó de él.
¿Y si te digo que no los he comprado? ¿Que son míos porque soy un vampiro?
Y la niña volvió a deshacerse en una carcajada.
Lo que yo diga, es usted muy gracioso.

¿Lo que yo diga? ¿Por qué esa niña hablaba como una organizadora de bodas? Después, se volvió, con un golpe de melena rubia, reflejando una dignidad que no necesitaba mostrar, y se alejó entre las calabazas brillantes. Cuando llegó donde sus amigos, comentaron algo. Oyó decir a la princesa qué tío más rata, podría habernos dado más chuches. Y se fueron calle abajo.

Cerró la puerta un tanto confuso. Por niñas como ella había huido de Jackson. Niños sin infancia, sin fantasía. Adolescentes que viven como adultos y sufren sus momentos de decadencia. Y adultos que ya no se sorprenden. En resumen, gente muy cascada. En sus tiempos, los niños gritaban al ver a un vampiro. Pero claro, ¿cómo no iban a gritar si lo relacionaban con Boris Karloff? Solo su nombre provocaba escalofríos. Ahora para ellos, los vampiros eran seres radiactivos que iban al instituto y saltaban entre los árboles. Por favor, ¿cuántos años llevaban repitiendo curso la gente de Crepúsculo? ¿El director del instituto no sospechaba nada al respecto? En fin, no era nadie para juzgar a los vampiros más famosos de la edad moderna.
Poco a poco la calle se sumió en la actividad. Una luna redonda y tiznada cubría el pueblo y provocaba una claridad siniestra sobre las familias y los disfraces. Las voces adquirieron intensidad, y Henry recuperó la ilusión que la niña cínica le había robado de un plumazo a base de frialdad.

El segundo niño no venía acompañado de un grupo de amigos, sino por su padre, un hombre joven con gafas redondas de empollón.
¡Truco o trato!
Y Henry repitió el mismo número de nuevo. Alzó los brazos con la capa bien cogida tratando de infundir miedo. Esta vez, el niño ni tan solo parpadeó.
Truco o trato– repitió.
¿Al mismo Conde Drácula quieres dedicarle esa cara tan seria?
Déjelo–comentó el padre con expresión aburrida–, está cabreado porque no voy a comprarle la bici que quiere.
Me lo prometiste– arguyó el niño. Frunció el ceño, con lo cual, conjuntamente con la iluminación de las calabazas, se le marcaron las pecas de la nariz–. Me dijiste que me comprarías la bici.
Te dije una bici, no la más cara de la tienda.
Pero si eres rico, ¿qué más te da?
Qué más quisiera yo ser rico. No digas estupideces.
Uuuuhhhhh– Henry trató de suavizar el ambiente imponiendo un poco de terror.
Sus dientes molan– dijo el niño enfurruñado, y de repente, ya no lo parecía tanto.
Molan porque son de verdad.
Puf, sí claro. Truco o trato.
Y Henry volvió la llenar las cuencas de las manos con caramelos.
¿Eso va a darme?
El padre le propinó una pequeña colleja.
Se dice gracias.
¡Gracias de qué, si casi no hay caramelos!
Tengo que darle a los demás niños– se justificó Henry.
Sí, claro, pues todos para ellos, porque yo no los quiero.
En un acto de rebeldía, el niño vació la cesta a los pies de Henry.
¿Qué te he enseñado?– dijo el padre, molesto–. Cuando lleguemos a casa irás al rincón de pensar. ¿Eso quieres?
Cuando se hubieron marchado, Henry recogió los caramelos del suelo. Se agachó torpemente, y al levantarse decidió chupar una piruleta de fresa.
Puaj.

La tercera visita eran dos adolescentes vestidas de animadoras zombis. Llamaron a la puerta y al ver a Henry se agarraron por la cintura ejecutando un gesto sexy.
Hoy es su día de suerte abuelo, es el día que dos estudiantes quieren comerle.
¿Que me qué?
Se echaron a reír. Henry las miró un instante, confuso. ¿No se suponía que era una fiesta de niños? Y ¿abuelo? ¿Qué iba a ser él un abuelo? En ese instante un coche estacionó ante su casa y uno de los ocupantes le lanzó un huevo. No llegó hasta Henry, evidentemente, pero estalló en la hierba del jardín, junto a una de las calabazas.
Después, las zombis sexys salieron corriendo y se me metieron en el coche, el cual arrancó con rapidez. Y al cabo de poco, la estupefacción de Henry le impedía adivinar si la anécdota de las animadoras zombis había ocurrido de verdad o lo había imaginado. En fin...

Las horas siguientes no fueron a mejor. Se presentó una niña disfrazada de médico sangriento, también hubo más princesas de Frozen, unos cuantos esqueletos, una india con el hacha ensangrentada, el responsable del Kentucky french chicken, una leopardo que nada tenía que ver con Halloween, y un pirata con llagas en la cara. Ah sí, y otro Pikachu, o como fuera que se llamase.

Tratar de entender a la sociedad le producía cierto cansancio. Y también decepción. Era como si el destino le impidiera disfrutar de la mejor noche del año. ¿Dónde se había perdido? Decidió retirar el cuenco de caramelos y no abrir más la puerta. Estaba agotado. Se dirigió a la cocina y abrió la nevera, de la cual extrajo un tubo de plástico lleno hasta los topes. Mejor en vaso, se dijo, y sacó uno del lavavajillas.
Se sentó a la mesa del salón y al primer trago, un regusto amargo le invadió la boca. Como ahora todos eran vegetarianos o veganos, y hacían planes Detox que incluían la ingesta de batidos verdes, la sangre había perdido el sabor. Ya no era como antes. La próxima vez que fuera a Jackson, a por el pedido mensual, pedirá sangre de gente no vegetariana. Estaría contaminada de tabaco y pesticidas en los tomates, pero al menos tendría sabor. Dejó el vaso allí mismo, ya lo recogería mañana, y se adentró en el pasillo que llevaba al sótano. La mejor noche del año también había perdido la magia. En fin…
Abrió el ataúd, y se amoldó entre los cojines. Qué esponjoso, pensó feliz. Y al poco cayó en un estado de sopor. De repente abrió los ojos, como si una alarma interna lo hubiera despertado. Cogió la tapa del ataúd y la cerró. Quizás debería dormir en una cama, como el resto de vampiros auténticos, pensó, total, todos se están volviendo locos. Cerró los ojos y colocó las manos cruzadas sobre el pecho. Qué desperdicio de energía había sido Halloween ese año. Ahora quedaba un año entero para la siguiente fiesta. Decidió no agobiarse demasiado, tenía toda la eternidad para celebrar Halloween. Y así, se durmió.

Mañana será otra noche, pensó justo antes de caer en un sueño profundo.

¡Os deseo una gran noche de Halloween a todos! A disfrutar mucho de las brujas y los vampiros.







Como no soy una bruja de verdad, no tengo un gato negro, pero para mí, mi Alfie es el gatito más bonito del mundo :) 
Y como veis, está un poco "asustao" con tanta telaraña.









42 comentarios:

  1. Gracias por este relato a mi no me gusta Hallowen de ninguna de las maneras y como no soy golosa tampoco me gustan los «huesitos de santo« así que no tengo que hacer ningún esfuerzo para no comerlos... pero hecho de menos enormemente cuando en una noche como hoy siempre nos ponían en televisión Don Juan Tenorio, que siempre me encantó en sus múltiples versiones..


    Besos

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    1. Hola guapa, me alegro de que seas fiel a las tradiciones, yo no he probado nunca los huesitos así que no sé muy bien si me gustan jejeje gracias por pasarte y leer! Un besote :)

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  2. Eres increíble. No sólo me ha gustado la historia, es que tienes giros escribiendo ("esa niña hablaba como una organizadora de bodas", jajaja!!) que son fantásticos, te hacen paladear el relato.
    Yo me voy con mis niñas y algunas madres a pedir caramelos: si veo al Sr. Jackson lo saludaré con gusto ;)
    Un besito!

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    1. Muchísimas gracias guapísima por el comentario!! Piensa que Henry es un vampiro de verdad así que no te fies mucho si te lo encuentras. A mí Halloween sí que me gusta, es divertido, ya me gustaría ver a los niños pidiendo caramelos por mi barrio jajaja un besazo enorme!! :))

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  3. El señor Jackson no conoce muy bien a los jóvenes de hoy en día y creo que no le han quedado ganas de empatizar con ellos, jeje. Bonito relato, como todos con los que sueles deleitarnos. Besos

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    1. Mil gracias preciosa, me alegro de que te guste! No empatiza porque las novedades y los cambios no los lleva bien jejej
      Un besote guapa!! Muaaaa

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  4. ¡Qué bien escribes María, sensacional relato!

    La verdad es que nunca había celebrado Hallowen, hasta que una pequeña pitufa me obliga año tras año en situaciones bastante comprometidas. Incluso y como curiosidad, el año pasado llamaron a mi puerta dos niñas chinas disfrazadas de brujas y me dijeron eso de truco o trato y como no tenía caramelos en ese momento, les dije que si querían un Cola Cao con galletas Principe, me miraron raro y se dieron media vuelta, ja,ja,ja.

    Volviendo a tu relato, te diré que me ha encantado como esta narrado con unos toques únicos que son made in María Delgado, a saber:

    "La niña, que iba disfrazada de pollo amarillo, a saber por qué".

    "¿Por qué esa niña hablaba como una organizadora de bodas? Después, se volvió, con un golpe de melena rubia, reflejando una dignidad que no necesitaba mostrar, y se alejó entre las calabazas brillantes.

    "Una india con el hacha ensangrentada, el responsable del Kentucky french chicken, una leopardo que nada tenía que ver con Halloween, y un pirata con llagas en la cara. Ah sí, y otro Pikachu, o como fuera que se llamase.

    En conclusión, un texto sencillamente genial, enhorabuena.
    Saludos y besos para Alfie y su disfrazada dueña, no dais mucho miedo, pero hacéis una pareja encantadora.

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    1. Miguel!!! Feliz Halloween!! :))
      Primero de todo, muchas gracias por tu comentario, me alegro mucho de que te haya gustado, porque lo tenía en mente desde hacía tiempo pero al final, como siempre estoy tan liada, lo escribí muy rápido el domingo por la noche, y estaba sufriendo porque me hubiera gustado dedicarle más tiempo. Pero bueno, tenía que publicarlo ayer sí o sí.
      Ya me imaginaba que mi gato y yo no somos muy terroríficos jajajajajaj pero ¿y lo bien que nos lo pasamos?? ;)
      Que buena la anécdota la de las galletas príncipe, yo creo que también cuenta como dulce jaja
      A mí Halloween me gusta, aunque sea tradición americana tiene mucho espíritu y es una fiesta divertida, así que muy bien que lo celebres con tu hija!! :))
      Un besazo y feliz miércoles :)

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  5. Bueno, lo primero: te queda de maravilla el disfraz de bruja y es de agradecer la simpatía de las fotos con las que nos felicitas esta noche.
    Por otro lado un relato delicioso que aun ambientado en Halloween me ha inspirado cierto aire a cuento de Navidad. Un pobre vampiro que desea compartir su felicidad por una fecha que para él tiene un significado profundo, de ilusión, pero que la sociedad actual banaliza. Egoístas, mal criados, repipis, estúpidos... ¡ni la sangre es como era!
    Un relato que se lee en un suspiro con una agradable sonrisa. Siguiendo el hilo de la extensión de las entradas, no hay relatos largos, solo aburridos. La única pega sería el espaciado, las líneas están muy pegaditas entre sí y para cegatos como yo la lectura se dificulta un tanto.
    Por lo demás, fantástico relato y te deseo un "terrorífico" Halloween. Avísame si vas a darte una vuelta con la escoba. Un abrazo!

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    1. Me encanta el sabor
      que le das a tus escritos

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    2. Jajaja David! Al final dejé la escoba en el trastero porque ya empezaba a hacer frío para volar jaja
      Gracias por el comentario, me alegro de que te guste. La extensión sí, lo tengo decidido :)) además creo que cuando se publican las historias por partes te puedes olvidar de detalles de la primera. Respecto al formato, si se ve pequeño lo cambiaré, aunque llevo un poco de lío, porque siempre se publica con una letra mucho más pequeña de lo que aparece cuando lo escribo en el diseño. Creo que tengo un formato predeterminado. Pero sí, lo miraré!
      Un besito David!! :))

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  6. ¡Muy bueno el relato y espero que tu fiesta sea un éxito! Por las fotos tan simpáticas veo que creaste una buena ambientación.
    Para Mr. Sanders la decepción fue enorme porque, evidentemente, no conocía los gustos de los niños del nuevo milenio, se quedó atrapado en el siglo pasado.
    Nosotros por estas latitudes no festejamos Halloween, por suerte, porque no me entusiasma.
    Un gran abrazo, María.

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    1. Muchas gracias Mirella, me alegra que te haya gustado el relato. Normalmente cuando no te gustan los cambios es difícil comprender los cambios o a las nuevas generaciones, y esto es lo que le ocurre a Henry Sanders.
      Un besito guapa! Gracias por tu comentario :))

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  7. Me encanta Hallowen
    Cuando llegué a USA no lo conocia.Estamos hablando del año 82 En Argentina no se festejaba. Me pareció maravilloso que mis hijos fueran de puerta en puerta y les dieran chocolates y sonrisas. Actualmente lo que era no es mas aquí
    aunque se siga festejando y yo disfrutando del mes de noviembre
    Abrazos grandes

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    1. Es una fiesta muy divertida, al menos para mí, y creo que los niños se lo pasan muy bien! Gracias por el comentario :)
      He pasado por tu blog y me quedo para leerte, un besito :))

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  8. Me ha encantado esa foto q tu gato te esta mirando. Ja ja. Es muy bonita. Y el relato es precioso un beso

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    1. Jajajaja tú por aquí?? Gracias mama! Alfie también te echa de menos a ti ;)) muuuuuaaaaaakkssss ❤️

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  9. ¡Qué buen relato María! Me ha recordado mucho a las películas americanas ochenteras y noventeras, en las noches de Halloween jeje. Cómo siempre tus diálogos son geniales y te queda muy naturales, con esa fina ironía. Me ha encantado.
    Te han quedado estupendas las fotos, estás guapísima de bruja y Alfie parece un encanto (no como otros que yo me conozco, jeje).
    Un besazo guapa.

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    1. Guapaaa!!! Muchas gracias! Alfie es un trasto, no te dejes engañar por la cara de bueno jajaja
      Me alegro de que te guste el relato e incluso de que te parezca ochentero, soy muy aficionada a las historias y películas de los ochenta jaja
      Un besazo guapa! Feliz miércoles :))

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  10. Jajajaja!, qué bueno! estoy seguro que de aquí a la eternidad tendrá tiempo más que suficiente para enderezar ela noche!

    Estupenda entrada María!

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    1. Muchas gracias!! Jajaja tiene muchísimos años para adaptarse! Un besito y feliz miércoles :))

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  11. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  12. !Te felicito, me ha encantado tu relato!
    Las imágenes son magníficas, te quedaron excelentes. !Me encanto tu traje y el hermoso minino!
    Una realidad. Tu diálogo demuestra que los niños de hoy son más despiertos y traen acelerado su desarrollo social físico e intelectual. Y parece ser que Henry Sanders se ha quedado obsoleto, por no actualizarse se le fastidio su halloween. Me encanto la originalidad de tu relato.

    Lei tu comentario en el blog de David, donde dices que a veces recortas tus relatos para que no se vean tan largos. En mi opinion, por experiencia te digo: no lo hagas, al cortarlos después se realiza que se pierde la esencia de la trama. No queda igual, siempre queda ese espacio en el limbo que nos es necesario. El que le gusta la lectura, seguramente disfrutará de tus relatos sin importar la extensión.

    !Happy (belated) halloween to you, too!

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    1. Guapa!! Mil gracias por tu comentario. Me alegro de que te haya gustado. Es verdad que los niños de hoy en día parece que nacen enseñados, y si uno no se acaba de adaptar a los nuevos tiempos termina un poco descolocado y sorprendido de según qué cosas. Los relatos sí, creo que a partir de ahora los publicaré del tirón, a ver qué pasa ;))
      Un besote preciosa!! Muuuaaaaa

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  13. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  14. Un relato delicioso para una terrorífica noche. Pobre Sanders, pretende disfrutar y no encuentra a niños que estén por la labor, ¡si hasta le parece haber soñado lo que le ocurrió con las chicas! (buenísimo, María).
    Me ha parecido muy bien contado, sin dejarte a nadie de la extensa "jauría humana" que se deja ver esa noche.
    ¡Ah! Y las fotos me han encantado.
    Un beso, brujita ;-)

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    1. Guapísimaaa!! Gracial mil por tu comentario :)) yo creo que todos hemos sentido alguna vez esa sensación de estar dentro de la jauría humana y pensar que el mundo se está volviendo loco jajaja
      Me alegro de que te haya gustado :))
      Un besazo de jueves!! :*

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  15. ¡¡¡¡Hola!!!!
    Lo primero tu gato es guapísimo, yo tengo una gatita negra,¿soy una bruja? Jajaja, si vas a un post que tengo donde hablo de viajar con animales verás a mis otros gatos.

    Me encanta el relato, es buenísimo, yo también me preguntaba si el director del instituto de Crepúsculo no se preguntaba por qué llevaban tantos años repitiendo, jejeje.
    Y la escena de las calabazas clavadas me ha recordado a cuando mis abuelos me contaban que en sus pueblos se celebraba Samahin(el verdadero Halloween) y dejaban las calabazas con carbón ardiendo dentro, a mi abuela le daban terror, de hecho siempre odió las calabazas y se enfadaba con mi abuelo cuando las plantaba porque le recordaban a las que estaban delante de su ventana de niña.
    Besos y un relato buenísimo, de verdad, y estás ideal de bruja.

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    1. Guapísima! Mil gracias por tu comentario!! yi estuve a punto de coger un gato negro en la protectora jajaja pero como eran tres hermanos y muy bebés todavía la chica me dijo que mejor no separarlos. Así que me llevé al trasto de Alfie jajajaj El otro día vi la foto de tu gatito!! Me muero de amor!!! El post de viajar con gatos lo buscaré y veré a los demás :))Respecto a Crepúsculo...es que yo no entendía nada jajaj ¿qué necesidad de ir al instituto?
      Me alegro de que el relato te haya gustado guapa!! Un besote grande :))

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  16. Buenísimo, María. Me ha encantado el desarrollo y me ha sorprendido el final que no me esperaba para nada.
    ¿Sabes? yo he pasado por Jackson, Mississippi. He hecho noche en ella. Una ciudad, como dices venida a más, llena de rascacielos y que se ve que fue mucho más humilde hace apenas cincuenta años.
    No me extraña que tu personaje buscara un lugar menos ajetreado.
    Un beso

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    1. ¿Has estado en Jackson?? Jajaj qué bueno!! Yo no he estado en Mississipi pero sí he hecho rutilla por Los Estados Unidos y la verdad es que todo lo que he visto ha sido genial. Elegí Jackson y Brookhaven porque son el contrapunto. Me alegro de que te haya gustado. Un besote de sábado, guapa!!

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  17. Me ha gustado mucho ese tono irónico que has empleado en este relato. La verdad es que los vampiros reales (y la brujas, que haberlas, haylas) lo deben de pasar fatal estos días, porque nadie les toma en serio.
    Compruebo que celebras Halloween con todas las de la ley. Cómo te lo curras.
    A mí no me gusta nada esta versión americana. Ver por las calles a gente disfrazada de zombies, con la cara llena de heridas o llagas o con cuchillos clavados en la cabeza me parece de muy mal gusto, qué quieres que te diga.
    Las castañas asadas me chiflan (lo que no me gusta tanto son los precios que te clavan en los puestos callejeros) y el moscatel también me gusta pero no tanto. No sé en Cataluña, pero en Madrid es típico comer buñuelos de viento (lo de viento no lo entiendo muy bien a qué viene porque están rellenos de nata o de crema), y yo me los como de dos en dos.
    En fin, que para tradiciones y colores están los gustos.
    Un besote grande, brujita.

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    1. La verdad es que ha sido el primer año que lo he celebrado, aunque a mí sí me gusta la fiesta :))
      Los niños ya no tienen miedo de nada, está claro.
      Los buñuelos de viento no los he probado, pero por como los describes tienen que estar buenísimos!! Un besote guapa!! :))

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  18. ¡Hola, María!
    Primero felicitarte por tu bonito disfraz, hasta tu gatito te contempla embelesado.

    Vaya con la fiesta de Halloween, que mal le ha salido al pobre señor Herny Sanders que se queda con las ganas de disfrutar de la fiesta en su mejor versión teniendo en cuenta que es un vampiro de verdad (me lo veía venir jaja) Creo que este señor con tanto dormir se ha olvidado que la vida al igual que los niños han cambiado las costumbres y modales.

    Espero que el año que viene con la sangre de sabor al menos pueda disfrutar ese día.
    Imaginativo y muy bueno, guapa.
    Besos.

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    1. Guapísima, mil gracias!! A Henry Sanders, sí, le ha salido mal al pobre hombre jajaja tendrá que adaptarse a los nuevos tiempos :))
      Un besote guapísima :*

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  19. Ay, María, me ha encantado este relato! No solamente es muy original, sino que encierra una cierta crítica social, ya que Halloween se ha convertido, al menos en nuestro país, una excusa más para el consumismo. Además, se ha perdido buena parte del encanto, pues esos niños que antes se asustaban y se sorprendían por casi cualquier cosa, ahora están medio amodorrados por las tablets, móviles y demás juguetes que a los dos días de usarlos ya no les hacen felices.
    El relato me ha sacado una sonrisa, pero no deja de ser triste la reflexión que planteas.
    Por lo demás, ese disfraz de bruja te queda genial!! Y ay, yo que soy amante de los gatos, me he enamorado del pequeño Alfie <3
    Un besazo!

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    1. Preciosa, muchas gracias!! Alfie es un terremoto aunque parezca muy bueno jajaj que bien que te gusten los gatos, aunque debí sospecharlo con tu foto de perfil jejeje
      Me alegro de que te haya gustado el relato, sí que encierra cierta crítica social, pero es inevitable pensar que poco a poco los valores y las ilusiones se van perdiendo y los niños ya no se sorprenden con facilidad por culpa del consumismo que comentas.
      Un besazo guapa!!

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  20. Hola María,
    Qué buen relato. ¡Ay! Los valores como puede ser que los vayamos perdiendo, y estos críos, que son más adultos que los propios adultos, si es que... He disfrutado muchísimo con los guiños y la historia en sí, es muy, muy buena.
    La aportación de las fotos, genial, estáis guapísimo, :)
    Un besote.

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    1. Muchas gracias guapa! Me alegro mucho de que te haya gustado, la sociedad cambia y ahora se vive deprisa. Los niños cada vez son menos inocentes, pero bueno, habrá que adaptarse a los nuevos tiempos, como Henry jaja
      Un besito!! :)

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  21. Tu relato es muy divertido, María, pero además da mucho que pensar. Tal y como comentabas al principio parece que casi nada es ya lo que era, y si hablamos de los niños, se necesita un manual muuuuuy gordo para entenderlos. La verdad es que a los de tu historia los he encontrado un poquito odiosos, pobres criaturas jajajajaa.

    Al final has conseguido que nos pongamos de parte del vampiro, que empaticemos con su forma de sentirse, y eso que debería ser una criatura temible. A mí me dan más miedo otras cosas jajajaja.

    Muy bueno y muy ocurrente, ¡enhorabuena!

    Besitos post-Halloween.

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    1. Jajaja son odiosos sí, sobre todo el niño que va con su padre. Y en este caso sí, el bueno de la historia es el vampiro :))
      Me alegro mucho de que te haya gustado guapísima!! Un besazo grande :))

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  22. Hola!
    ¡¡Me he reído como nunca!!
    En serio, hay niñas y niños que abren la boca y es que no puedes parar de reír pero el relato, toma todo su sentido llegando al final porque es cierto, como viste en mi instagram Halloween dibujado fue muy americano y yo tengo que reconocer que echo de menos, muy mucho a los panellets de barcelona, de mi tierra... jo! las castañas me recuerdan a la castañera pero los panellets eran requisito indispensable en otoño y aunque engordan están de muerte. ( O por lo menos así los recuerdo hace ya algunos años) El miedo o terror cada vez pierde fuerza quizás por lo vivos y normalizados que se dan por ejemplo a los vampiros, es cierto, en crepusculo querrías liarte con ellos no pasar miedo. jajaja en serio, me ha gustado mucho el relato. (Aunque tarde) Molts petons i que vagi molt be la setmana!

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