Yo
pensaba que las imágenes que salen en las películas, donde dos
agentes de policía se sientan en el sofá de casa mientras clavan la
mirada severa en todo tu ser y tu madre, a tu lado, te agarra fuerte
la mano y te susurra di
todo lo que sepas,
era producto de Hollywood.
Sin
embargo, allí estaba yo. Sentada en el sofá esponjoso de casa, con
una taza de té en la mesita y mi madre cogiéndome la mano mientras
repetía di
todo lo que sepas.
¿Pero
que voy a saber yo?
El
teniente Harris (¿era teniente? No consigo recordarlo, culpa de los
nervios) echaba un ojo a las paredes de casa. Sólo podía encontrar
muebles clásicos y fotos familiares jugando a ser los más felices
del mundo. Mi hermano vestido con su uniforme de rugby, mi hermana
enseñando su sonrisa de animadora panoli, mi abuelo con su caballo
trigo,
y
yo
tumbada
en una hamaca porque la verdad, no se me daba bien hacer mucho más.
Sin embargo, el ¿teniente?
Harris sucumbió al interés de mi vida familiar. El otro policía,
el corpulento con bigote de Tom Selleck , creo que se llamaba
Collins, no quitaba sus ojos saltones de mí.
Al
principio, al verlos aparecer en la puerta de casa, pensé que
alguien había muerto, pero enseguida me aclararon que Noah Wells
había huido con 50.000 dolares. No especificaron a quién había
robado, pero sí que se había fugado con la señorita Lawrence, la
profe de ciencias. Pero... ¿qué tenía que ver yo con ese tema? Era
una noticia bomba, siempre lo es cuando suceden estas cosas, sin
embargo, tampoco esperaba que la policía llamara a la puerta de
casa y se sentara en mi sofá.
-¿Y
bien? - dijo Collins.
Tenía
la piel arrugada y morena, aunque de un tono macilento que parecía
más sucio que bronceado. Las cejas espesas se le juntaban en el
puente de la nariz, y los botones de la camisa apretada luchaban por
no salir disparados.
-Di
todo lo que sepas.
Tomé
aire antes de responder.
-La
verdad es que no puedo explicar gran cosa de él, porque nunca intimó
con ninguno de nosotros. Recuerdo que siempre llegaba a clase con
diez minutos de antelación. Era muy metódico y solía planear las
cosas. En la puerta de clase se colocaba a cinco pasos de distancia y
allí esperaba sin hablar con nadie. Llevaba un maletín negro, que
colocaba entre las piernas. Parecía que temiera que alguien se lo
robara. Nunca trató de hacer amigos, e incluso, por la manera de
esquivar a quien se le acercaba, pienso que nos rechazaba. Era de ese
tipo de personas que no conversa si no te diriges a él expresamente,
y cuando respondía, lo hacía con palabras que sonaban...no
sé...raras, como si fuera un personaje del siglo pasado. O un robot.
Usaba palabras muy poco naturales. La única vez que hablamos me
dijo: “¿Es posible que tu cabello haya adquirido un tono más
cobrizo?” Un compañero, al escucharnos, se mofó. “¡Se ha
teñido el pelo, vamos!”.
Collins
entrelazó lo dedos, pero su expresión severa no varió ni un ápice.
Traté de ignorarlo, y proseguí.
-Cuando
entrabamos en clase siempre se sentaba en la misma silla, en la
esquina de la tercera fila, y repetía unos gestos sistemáticos que
nos provocaban grima.
-¿Gestos?-se
interesó Harris. Parece que la foto de mi hermana con el uniforme de
animadora había dejado de ser su prioridad.
-Sí-
dije-. Dejaba el maletín formando un ángulo de cuarenta y cinco
grados con la pata de la mesa. Siempre eran cuarenta y cinco.
Después, se pasaba la palma de la mano por el flequillo repeinado,
bueno, no sé si está bien que lo diga, pero también grasiento, y
arrugaba la nariz varias veces, como un conejo. Luego extraía del
maletín una libreta diminuta que parecía bloc de notas, y cuando
el profe
iniciaba la clase comenzaba a escribir en ese papel enano. Mis
compañeros bromeaban. Los escuchaba murmurar, reírse de él. Decían
que parecía un periodista.
-¿Por
qué hablas de él en pasado?-dijo Collins, y su pronunciación me
dejó claro que era una pregunta trampa.
Esperé
unos segundos, sin saber qué contestar. Hasta que al final, dije lo
obvio.
-Porque
se ha fugado, no lo volveremos a ver.
Y
en mi respuesta, quedó implícita la poca fe que tenía en los
policías que lo buscaban.
Ese personaje tiene tema para una historia en que sea protagonista, me gusta en su rareza!
ResponderEliminarUn besazo y buen comienzo de semana, guapa!
Jajajaj no iba a seguir con la historia pero por vuestros comentarios me estoy animando! Saldrá algo cómico y surrealista, pero quizás sea la tónica que la historia debe de tener.
EliminarUn besote guapísima!!
Sí que era rarito el individuo ese, y tu protagonista muy observadora pues no se le escapó ni un detalle de su comportamiento tan extraño. Además también es muy intuitiva, aunque no pudiera evitar dejar claro la poca confianza en la profesionalidad de los policías con ese comentario final.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, María, es un relato con un ritmo muy ágil y unas descripciones muy buenas.
¿Sabremos algo más del fugado o lo damos ya por perdido definitivamente?
Besos.
Muchísimas gracias!! Me alegro mucho de que te haya gustado. La verdad que ahora estoy por seguir la historia jaja que también hay una pareja de amantes por ahí fugados. Que tengas feliz día!! Un besote :))
EliminarJJJ qué buen final y qué buen relato, coincido tiene para más. Saludos de contarenbreve.blogspot.com.es
ResponderEliminarMuchísimas gracias!! Ahora me paso! :))
EliminarBuen relato!! Es un personaje que resulta curioso. Un personaje...David Lynch en estado puro.
ResponderEliminarSaludos.
Jajaja muchas gracias Angel! Me alegro de que te guste! Un besito :))
EliminarEntretenido tu relato, muy bien elaborado con esa chispa de humor. Tu protagonista luce más astuta que los lentos detectives, que por cierto, hay muchos en la vida real. =0)
ResponderEliminarMe encanta la lectura detectivesca, y me gustaria leer una continuacion.
Saluditos
Muchas gracias! Me alegro de que te guste :)
EliminarUn besito y gracias por leerme
Muy buen relato, qué buena ambientación, con esos personajes tan característicos y un ritmo perfecto. Y sobre todo me han encantado los diálogos; los clavas. Ya lo has redondeado con un final genial.
ResponderEliminarEnhorabuena María, me ha gustado mucho.
¡Un besazo!
Muhas gracias guapa! Me alegro de que te haya gustado. Un besito :)
Eliminar¡Yo me apunto a que sigas la historia! Además, me he reído tanto con lo de "animadora panoli", que quiero más salidas de esas en tus historias. ¡Es total! ^_^
ResponderEliminarUn besazo!
Jajaja muchas gracias guapísima!! La verdad es que entre todos me estáis animando a seguirla 😊 Un besote!!
Eliminar¿Cómo nos haces esto, María? ¡Queremos saber mucho más! jajajaja.
ResponderEliminarYa te lo han dicho pero lo repetiré, el prota fugado es cautivador en su excentiricidad y quedan tantas cuestiones por resolver... Anda, no seas mala y danos más :))
Genial, me ha encantado (aunque creo que eso ya había quedado claro, ¿no?) :P
¡Un beso grande!
Jajaja muchas gracias Julia!! Me alegro de que te guste y de que quieras una continuación! Un besazo bien fuerte!!
EliminarHola, María. Desde luego el trasfondo de la historia puede, debe por favor!, desarrollarse más pero destaco la visibilidad del texto, a parte de los estupendos diálogos, el inicio es brutal y quiero resaltar esta parte: "Sólo podía encontrar muebles clásicos y fotos familiares jugando a ser los más felices del mundo. Mi hermano vestido con su uniforme de rugby, mi hermana enseñando su sonrisa de animadora panoli, mi abuelo con su caballo trigo, y yo tumbada en una hamaca porque la verdad, no se me daba bien hacer mucho más." ¿Se puede decir más acerca de ese personaje y de su relación con su familia? Es pura literatura, a través de esas fotos has mostrado todo lo que rodea al personaje. El lector se ha hecho una idea de todo, sin que lo expliques. Me parece un ejemplo soberbio de cómo se debe narrar. Enhorabuena!
ResponderEliminarUoo David!! Muchísimas gracias por tus palabras. Me alegro de que te haya gustado, y que tengas esa opinión en un completo halago.
EliminarUn besazo!!! Feliz jueves :))
Hola, María. Acabo de descubrir y creo que escribes muy bien. Me gusta tu relato, tus metáforas originales, y ese final inteligente. A partir de ahí que cada imaginación vuele. Besos para tu relato y su autora.
ResponderEliminarMuchísimas gracias! Me alegro de que te guste. Un besito :)
EliminarMe he divertido mucho leyendo esta simpática historia, porque por muy dramática que sea la escena que nos propones, el sentido del humor explícito desde el principio nos obliga a tomárnoslo medio en broma. ¡Enhorabuena, María, parece una película serie B de sobremesa ;)! (Reconozco que son mi debilidad, me río tanto viéndolas...) Saludos y feliz fin de semana :)
ResponderEliminarJajajaja mí también me gustan las pelis de sobremesa!! Muchas gracias por pasarte y comentar :))
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