Feliz
lunes a todos.
La
entrada de hoy es un poco diferente, ya que voy a hablar de un club de lectura en
el que he empezado a participar. En realidad, me he apuntado a dos, pero el
segundo no lo he empezado todavía.
Siempre
he imaginado los clubes de lectura de un modo muy peliculero. En mi imaginación
tenían formato de película americana. Es decir, unas cuantas señoras sentadas
en círculo, comiendo pastitas acompañadas de café aguado mientras hablan de
Jane Austen o Daniel Steel. Sospechaba que esto solo estaba en mi mente, y
quise decidirme a probar.
Asistí
por primera vez el sábado pasado, por la mañana, y me sorprendió la variedad de
personas que acudieron. La verdad es que también hubo pastitas, pero porque era
el cumpleaños de una de las organizadoras y quiso ser detallista.
Este
club se celebra cada dos semanas, y lo que tiene de diferente es que no se
habla de un libro previamente estipulado, sino que cada uno de los
participantes recomienda una lectura a los demás. La que le apetezca. Puede ser
un libro que acaba de leer, un libro que leyó hace años y le marcó, un libro
que para nada recomienda. Es tema libre. El resto de participantes opina: si lo
ha leído o no, o que le parece en general el autor, si no lo conocía y le ha
llamado la atención.
Reconozco
que asistí un poco con la intención de probar. Pensé que si no me gustaba se
solucionaba con no volver. Y la verdad es que me lo pasé bien, me gustó la
variedad de novelas que se recomendaron en cuanto a género y los temas que
surgieron.
Respecto
a libros recomendados, el primero me sorprendió porque fue La biblioteca en
llamas, de Susan Orlean. Hace poco lo reseñé en una de mis entradas. Era un
libro que había recibido por la colaboración de Bookish. Ya os expliqué que,
aunque a simple vista no me gustó la portada por lo estridente, y la sinopsis
de la contraportada me pareció demasiado extraña, después su lectura me
sorprendió para bien. A la chica del club de lectura le había gustado también,
lo había cogido de la biblioteca y estaba encantada con la lectura. Ella, a
diferencia de mí, se había sentido atraída por la portada, y al ojearlo sintió
curiosidad.
Después,
me gustó que el resto de asistentes sintiera interés por el libro. Creo que de
verdad merece la pena leerlo.
Inmediatamente
se habló de ciencia ficción, haciendo hincapié en Ursula K. L Guin y La Rueda
Celeste. Este libro también lo he leído, y la autora, para mí, está en el top
de escritores de ciencia ficción junto con Ray Bradbury e Isaac Asimov. Como
inciso, diré que he tenido mis ciclos lectores. Durante una época sólo leía
novela histórica, y así estuve unos dos o tres años. Antes de esto, me había
sumergido en la ciencia ficción. Fue cuando descubrí a Isaac Asimov, y todos
los clásicos como Un mundo feliz, 1984, etc etc).
Después
de esto, en el club, llegaron Henry James, Stephen King y Murakami. Quizás esta
fue la parte más comercial en cuanto a recomendaciones. Yo, recomendé Una educación, de Tara Westover,
novela que reseñé en este blog hace varias entradas. De momento, ha sido la
mejor lectura que he realizado este año.
Pero
lo mejor de lo mejor, es que además de compartir ideas, el sábado me marché a
casa con un par de recomendaciones que no quiero dejar pasar:
SAPIENS (DE ANIMALES A DIOSES), de YUVAL NOAH HARARI
Este
libro lo tengo en mi estantería de casa, pendiente de leer. Me lo había
recomendado una compañera del trabajo y me había llamado mucho la atención. Es
un libro de no ficción, que expone un resumen de la historia de la humanidad. Ahora,
con lo que explicó el chico que lo propuso, me han entrado más ganas de leerlo.
Os
dejo la sinopsis de la contraportada:
Hace 70.000 años al menos seis especies de
humanos habitaban la Tierra. Hoy solo queda una, la nuestra: Homo
Sapiens. ¿Cómo logró nuestra especie imponerse en la lucha por la
existencia? ¿Por qué nuestros ancestros recolectores se unieron para crear
ciudades y reinos? ¿Cómo llegamos a creer en dioses, en naciones o en los
derechos humanos; a confiar en el dinero, en los libros o en las leyes? ¿Cómo
acabamos sometidos a la burocracia, a los horarios y al consumismo? ¿Y cómo
será el mundo en los milenios venideros?
En Sapiens,
Yuval Noah Harari traza una breve historia de la humanidad, desde los primeros
humanos que caminaron sobre la Tierra hasta los radicales y a veces
devastadores avances de las tres grandes revoluciones que nuestra especie ha
protagonizado: la cognitiva, la agrícola y la científica. A partir de hallazgos
de disciplinas tan diversas como la biología, la antropología o la economía,
Harari explora cómo las grandes corrientes de la historia han modelado nuestra
sociedad, los animales y las plantas que nos rodean e incluso nuestras
personalidades. ¿Hemos ganado en felicidad a medida que ha avanzado la
historia? ¿Seremos capaces de liberar alguna vez nuestra conducta de la
herencia del pasado? ¿Podemos hacer algo para influir en los siglos futuros?
EL INFORME DE BRODECK, DE PHILIPPE
CLAUDEL
De
esta novela no tenía conocimiento, pero ha pasado a estar en mi lista de pendientes.
Os
dejo la sinopsis que aparece en la contraportada:
Apenas ha transcurrido un año desde
el final de la guerra cuando una muerte rompe la tranquilidad de un pequeño
pueblo perdido en las montañas. El único extranjero del lugar, a quien llaman
Der Anderer (el Otro, en alemán), ha sido asesinado y todos los hombres de la
localidad se confiesan autores del crimen. Todos menos Brodeck, el encargado de
redactar un informe sobre lo sucedido «para que quienes lo lean puedan
comprender y perdonar». Así pues, Brodeck entrevista a los hombres más
importantes del pueblo: el cura, el dueño de la fonda, el alcalde... Y cuando
este último le advierte de que «no busque lo que no existe; o lo que existió,
pero ya no existe», Brodeck comprende que no le conviene saber demasiado. Sin
embargo, la redacción del informe lo obliga a interrogar y a interrogarse, lo
que a la postre puede suponer una amenaza para él y su familia. Autor de Almas
grises, La nieta del señor Lihn y Aromas, Philippe Claudel está considerado uno
de los mejores novelistas franceses de su generación. Con esta novela (ganadora
del Premio Goncourt des Lycéens) Claudel renueva su exploración de los recodos
más sombríos del ser humano y sus complejos mecanismos.
Y
ahora voy a explicar una anécdota. Más bien, lo que pasó fue que una de las
recomendaciones me hizo reflexionar sobre mi propia opinión acerca de uno de
los grandes clásicos de la historia.
Una
chica recomendó Cumbres Borrascosas. E inmediatamente añadió: “es que me gusta el
salseo”. Yo esta expresión, “salseo” (y no sé si me equivoco y que alguien me
corrija si es así) la entiendo como noticias del corazón, Sálvame de Telecinco,
o programas en los que los famosos venden un poco su vida a cambio de fama.
Enseguida
le pregunté si había leído a las hermanas de la autora, refiriéndome a las
otras dos Brontë, y me respondió que estaba en ello. Que había empezado Jane
Eyre.
Y
aquí es cuando yo no contesté, quizás porque no tengo la suficiente confianza
todavía. Pero os explico todo, o una parte, de lo que pasó por mi cabeza en ese
momento.
Leí
Cumbres borrascosas hace muchos años. Y me gustó. La recuerdo como una historia
de amor de esas que duran en el tiempo, intensa, pasional, etc. etc...
Intenté
hacer relectura hará un par de meses y no pasé de la página setenta. No es que
me pareciera mala, la novela está bien escrita, claro, pero es que me cansé de
tanta locura entre personajes, de tanta auto destructividad. La chica del club había
descrito muy bien el libro diciendo “me gusta el salseo”. Pues sí, con la
relectura, tuve la sensación de que los personajes de Cumbres Borrascosas
darían el perfil para cualquier revista del corazón. Creo que he superado la
etapa del te quiero, te odio, te quiero,
te odio, y te quiero porque te odio.
Los personajes me parecieron tóxicos, un poco tarados. Pero insisto en que, aun
así, es una lectura obligatoria en algún momento de la vida. Lo abandoné porque
ya me conocía la historia, sabía lo que pasaba con los personajes. De no ser
así, habría seguido con la lectura porque creo que la oportunidad, sí la
merece. Lo bueno del libro, también es esa ambientación un tanto gótica, muy
dramática. Quizás es que últimamente tengo la mente más puesta en thrillers y
como ya sabéis, en Stephen King, o en otros tipos de dramas más sociales y
realistas como La hija de la española o Una educación, y por eso la relación egoísta
y destructiva entre la señorita Catherine Earnshaw y el señor Heathcliff me enervaba.
Le
pregunté si había leído a Charlotte y Anne Brontë porque ambas me gustan más
que Emily. Si alguien va perdido con las tres hermanas, os dejo un resumen sobre quién es la autora de qué novela:
Emily Brontë escribió Cumbres Borrascosas.
Charlotte
Brontë escribió Jane Eyre.
Anne
Brontë escribió La inquilina de Wildfell Hall y Agnes Grey
No
acabo de entender por qué Cumbres Borrascosas es la más famosa de las novelas
de estas tres hermanas. Jane Eyre la valoro más, y Agnes Grey también. Imagino
que va a gustos, claro. Catherine Earnshaw y el señor Heathcliff serían la
versión del siglo XVIII de Blair Waldorf y Chuck Bass (protagonistas de la
serie Gossip Girl, a la cual, reconozco, me enganché).
Hasta
aquí mi aportación sobre Cumbres Borrascosas. Ahora llega el turno de las
reflexiones que aparecieron entre recomendación y recomendación. Yo tengo mi
opinión acerca de cada una de ellas, pero podéis decirme qué penáis sobre estos
temas:
El análisis sobre el escritor.
A
veces se intenta realizar un análisis de lo que el escritor ha querido
expresar. Este es el trabajo del crítico literario, pero en más de una ocasión,
el propio autor reconoce que o bien no pretendía decir eso, o simplemente, no pretendía
decir nada. Yo pienso que se analiza demasiado, y se da mil vueltas a una
frase. Evidentemente, el autor siempre está influenciado por lo que ha leído y
vivido. Pero de ahí a que se analicen sus frases hay mucho camino. Una vez leí
una entrevista a Murakami en la que decía que le hacía mucha gracia leer análisis
sobre sus libros o escritos, cuando él en realidad no ha querido decir nada,
sólo ha escrito una historia y ya está.
Todo el mundo puede escribir un buen
libro.
Se
abrió un debate sobre este tema. Yo no participé mucho, pero hubo gente que
pensaba que sí, y otra que no. Es evidente que el factor talento existe, pero
también hay un porcentaje muy alto de técnica que se aprende con la práctica y
el tiempo. Una chica comentó que si ella se apuntase a un curso de escritura podría escribir una buena novela, pero
claro, es invertir en tiempo y en dinero.
Yo
creo que los cursos de escritura pueden ayudar mucho y no está mal apuntarse a alguno. Pero la mejor manera
de aprender a escribir es leyendo mucho, y escribiendo mucho, también. Igualmente,
soy de las que piensan que cualquiera puede escribir una buena historia. No
creo que sea algo destinado a unos pocos. Pero yo confío más en el esfuerzo que
en la suerte. Creo que el talento va unido a las ganas. Quiero decir que hay
mucha gente que quiere ser escritor, pero lo desea porque suena bien, no porque
sea su pasión. Lo sé porque yo me he encontrado con personas que después de
saber que he escrito dos novelas me han comentado sus intenciones de escribir
un libro. Dicen que no descartan la idea. Cuando les he preguntado qué tipo de
literatura les gusta me doy cuenta de que apenas leen. Me dicen: es que no tengo tiempo de leer. Y en
este caso, sí que creo que es bastante difícil de conseguir el objetivo. Es
como si un niño quiere ser futbolista porque éstos son ricos y salen con
modelos. Pues lo siento, pero no es motivo suficiente. Te tiene que gustar el
fútbol, y mucho, porque deberás entrenar muchas horas. Ser escritor es lo
mismo. Es tiempo y mucho esfuerzo. Hay que practicar.
Pero
si alguien me pregunta si todo el mundo puede llegar a conseguir escribir un
libro bueno, mi respuesta es sí. Sí, pero con esfuerzo, claro.
La
técnica es la técnica. Y a veces existen fórmulas, igual que en las recetas,
que siempre funcionan. Pero insisto, es trabajo. También puede ser que se tenga
talento, pero incluso el talento se desarrolla con las ganas.
No
sé qué pensáis vosotros sobre si cualquiera puede conseguir escribir una buena
novela, sobre si el análisis del escritor es exagerado o sobre ese halo de “salseo”
que envuelve a Cumbres Borrascosas, pero podéis explicármelo en los comentarios
si os apetece. Todas las opiniones son importantes.
Y
hasta aquí mi mañana en el club de lectura Liblit.
Como veis, hubo momento para todo, pero es que duró tres horas.
El
próximo club de lectura lo tengo el último sábado del mes de junio. Esta vez sí
es un libro decidido: Mujeres en lucha, y el club se llama Parada lector y será la primera vez que asista.
Y
ya me despido, seguiré explicando mis aventuras en estos clubes y todas las
ideas que voy obteniendo de estos momentos.
Y por supuesto, los que sois de Barcelona y sintáis interés
por alguno de estos clubes, os podéis apuntar sin problema.