DATOS DEL LIBRO
Título: La princesa prometida
Editorial: Ático de libros
Nº de páginas: 392
Género: Fantasía, romántica, aventuras
ISBN: ISBN: 978-84-16222-63-6
No tenía demasiado claro si al final
dedicaría una entrada a La princesa prometida. Leí el libro durante el mes de
marzo, y lo empecé con mucha curiosidad. Imagino que, a estas alturas, la
mayoría de personas ha visto la película. Iñigo Montoya no es ningún
desconocido para casi nadie y que todo el mundo sabrá lo que significa: ¡Hola, me llamo Iñigo Montoya, tú mataste a
mi padre, prepárate a morir!
Pero si no tenía demasiado claro si
gastar mi tiempo escribiendo sobre esta historia es porque mi opinión sobre
ella es bastante inestable. Me gusta, claro, pero…bueno, tampoco la considero
para tanto. Es como si unos días la valorase de una manera más positiva que
otros. Luego pensé que esta entrada me serviría para reflexionar sobre algunos
aspectos en lo referente al cine y a la literatura, como mi difícil relación
con las historias románticas, el género fantástico, y la evolución del machismo
en ambos terrenos.

Voy a empezar hablando de la
película, porque fue mi primer encuentro con esta historia. La vi hace muchos
años. Quizás veinte, o más. Cuando debía de ser preadolescente. Creo recordar
que la emitían en algún canal como película de sobremesa. El primer recuerdo
que tengo es imparcial. Sé que no me disgustó, pero tampoco me pareció nada
excepcional. Luego, con el paso de los años, me di cuenta de que La princesa
prometida estaba considerada una obra maestra. Era un clásico del cine, de esas
películas que cuantos más años pasan más nostalgia produce. En algún momento de
mi vida la volví a ver, y tuve la misma sensación. Me gustaba, pero tampoco era
maravillosa. Eso sí, ¡Iñigo Montoya era de lo más espectacular que había visto!
Siempre he pensado que este personaje le da a la historia muchísimo valor, y
que, sin él, no sería lo mismo.
Ya he dicho que pienso que todo el
mundo conoce la película, pero por si acaso, aquí os dejo una sinopsis y alguna
anotación.
The Princess Bride se estrenó en 1987, la dirigió Rob Reiner y
está basada en el libro de William Goldman del mismo nombre, escrito en
1973.
La película empieza con la secuencia de un hombre mayor que visita a su nieto
griposo, quien no ha ido al colegio ese día por no encontrarse bien. El hombre
pretende leerle un libro: La princesa
prometida, pero el nieto (interpretado por Fred Savage,
por cierto) no es demasiado aficionado a la literatura ni a los libros. Aun así,
empieza a leerle la novela, y poco a poco el nieto va mostrado interés.
Entonces es cuando comienza la historia de la princesa prometida: Buttercup (la
más bella, bellísima del reino de Florín) vive en una granja y se enamora de
Westley, el mozo de caballería. Él también está locamente enamorado de ella,
pero como se siente pobre y poca cosa, decide marchar a América a hacer
fortuna. En su viaje, su barco es saltado por el pirata Roberts, quien es
famoso por no dejar vivos entre sus víctimas. Buttercup creé que Westley ha
muerto, y cae en la desolación. Jura que jamás volverá a amar, ya que ha
perdido al amor de su vida. Tiempo después (unos añitos) el príncipe
Humperdinck, heredero al trono de Florín, desea casarse con Buttercup, y ella
accede, aunque entre los dos se crea un acuerdo de no amor (esto está bien
porque no hay mentiras desde el principio). El día antes de la boda, Buttercup
es secuestrada por un trío de bandidos: el siciliano Vizzini,
el espadachín español Íñigo Montoya, y el gigante turco Fezzik.
Los tres fueron contratados con el propósito de generar una guerra entre Florín
y el reino vecino, haciendo ver que era este último el causante del secuestro
de Buttercup. En plena huida, bandidos y secuestrada, advierten que un hombre
enmascarado y vestido de negro les sigue.

A partir de aquí la película se desarrolla
con todas las características de una historia de aventuras. Luchas de espada, príncipes,
princesas, venganzas, persecuciones, mucho amor. Todo se une en un cóctel que,
la verdad, funciona.
Y aunque no sea una de mis películas
preferidas tampoco es que no me guste, solo que no me genera esa pasión que a
muchas otras personas sí. Así que decidí leer el libro. Y la sorpresa es que me
gustó bastante más que la película. Pero no porque sean diferentes, de hecho,
el argumento y la magia que desprenden ambas versiones son iguales. Lo que
ocurre es que el libro es como una versión extendida de la película, y esto
hace que la historia sea mucho más completa.
Entiendo que las diferencias se deben
a las limitaciones que presenta una película a la hora de poder explicarlo
todo. Es imposible recoger toda la información de un libro de 400 páginas en
una hora y media o dos horas. Pero reconozco que como adaptación
cinematográfica es de las mejores que he visto.
Las diferencias no hacen que libro y
película sean diferentes, aun así, las hay:
1. El modo en el que se presenta la novela La
princesa prometida (inicio de la historia): en la película, como he
explicado antes, es el personaje del abuelo el que descubre la novela al
personaje del nieto un día que este último está enfermo.
En el libro, William
Goldman relata los primeros capítulos como una especie de diario en el que
explica sus vivencias infantiles. Se auto convierte en un personaje más. (El
autor aclaró que toda esta parte, aunque hable en primera persona, es
ficticia). El libro empieza siendo él ya adulto, infelizmente casado y con un
hijo que no le acaba de gustar. Es escritor, pero su libro ha quedado lejos del
éxito. Sumido en una infelicidad cómica (eso sí), nos da algunas pinceladas de
su infancia, de cómo se aficionó a la literatura, y cómo siendo niño estaba
obsesionado con los deportes y cómo fantasea con que su padre y su maestra se
casasen algún día. Explica que su padre era de Florín (país inventado), que
emigró a los Estados Unidos, y que un día le propuso leer La princesa prometida,
un libro escrito por un tal S. Morgenstern, el cual estaba ambientado también en
Florín. William accede a que su padre se lo lea, y es entonces cuando descubre
su pasión por la literatura.
De mayor, Billy,
o William, realiza un resumen de La princesa prometida. Aclara que es un
resumen porque la versión de S. Morgenstern tenía demasiadas páginas.
Es aquí
cuando empieza la novela dentro de la novela.
2. Las notas del autor. La princesa
prometida (me refiero a la historia de Buttercup) se presenta como un resumen
del autor, una versión de la obra de S. Morgenstern, por lo que de tanto en
tanto, existen notas entre paréntesis como apunte de Goldman, y otros de la supuesta
editora. Esto le proporciona humor a la historia, ya que la editora a veces
apunta que hay contradicciones, como que Westly marche a América si por esa
época América no se había descubierto.
3. Cómo Buttercup se da cuenta de que está enamorada. Esta parte
es bastante más extensa en el libro que en la película. En el film, esto ocurre
en apenas dos segundos, cuando Westly le baja un cántaro de un estante muy alto.
En el libro, un día los padres de Buttercup reciben la visita del conde Rugen y
su esposa. Ella prácticamente se come a Westly con la mirada y Buttercup se
pone celosa. A partir de ahí la protagonista se obsesiona con Westly.
4. Buttercup. En la película es mucho más dulce
que en el libro. En la novela es ignorante, no demasiado lista y no le gusta
asearse. Es bella pero sucia. Además, en el libro tiene un carácter bastante
más infantil y caprichoso. Aun así, se
le acaba cogiendo cariño.
5. El aspecto del príncipe Humperdinck. En la
película es un hombre de aspecto normal, ni guapo ni feo, ni alto ni bajo. Al
menos es lo que se aprecia en la pantalla. En el libro se le describe obeso.
Con aspecto de barril, bajito y con un peso de 120 kilos.
6. Iñigo Montoya. Ya he dicho que este
personaje, para mí, es lo mejor que tiene la historia. En la película, Iñigo
brilla como si fuera el propio protagonista, pero en la novela destaca muchísimo
más. Tiene un capítulo dedicado a él mismo. En la película conocemos su pasado
cuando se lo explica a Westly antes de batirse en combate con él. En el libro,
se intercala un capítulo dedicado sólo a este personaje en el que se explica
toda su vida, su infancia y cómo ha llegado hasta donde está. Mucho más
completo y épico que en la película, porque también se conoce al padre.
7. Fezzik: Otro personaje con capítulo propio.
Y aunque no es tan espectacular como el de Iñigo Montoya también da mucho más
valor a la historia conocer la vida del gigante. Hasta resulta entrañable.
8. Las criaturas del canal de Florín: en la novela
Buttercup está a punto de ser devorada por tiburones, mientras que en la película
son anguilas chillonas.
9. El libro es
infinitamente más cómico y divertido que la película. El modo de escribir del
autor es profundamente irónico.
10. El final (spoiler). En la
película el final es feliz para los buenos. Westly y Buttercup logran huir
junto a Iñigo Montoya y Fezzik hacia la libertad. En el libro, aunque logran
huir no se acaban de encontrar demasiado bien. Iñigo está gravemente herido,
Westly no está mucho mejor y Fezzik, perdido, no sabe muy bien cuál es el
camino correcto. Esto deja un final abierto en el libro, donde, además, se
advierte que el amor entre Westley y Buttercup no es tan perfecto como en la
película, y da a entender que, los cuentos de hadas no existen, que, pasado ese
tiempo de enamoramiento, ambos van a caer en una rutina que les convertirá en
una pareja en crisis. O sea, que ninguna pareja es puramente feliz para
siempre.
11. El anexo (gran spoiler). En la
edición que tengo, existe un anexo. Son unas 70 páginas que Goldman escribió
para una segunda parte de La princesa prometida. Se llama El bebé de Buttercup.
En estas páginas Waverly, la hija de Westly y Buttercup, es secuestrada por un
desconocido y Fezzik va tras este hombre para salvar a la niña. Estas páginas
se encuentran añadidas en la edición del 30 aniversario de La princesa
prometida. Compré el libro por la portada, sin saber si era edición especial y
desconociendo la existencia de estas páginas. Al llegar a esta parte no
entendía nada, porque además son capítulos que tampoco tienen demasiado sentido
si entendemos que el final ya sucedió. Investigando supe que iba a ser la
segunda parte de la historia pero que Goldman nunca la terminó.
Hasta aquí, las grandes diferencias. Aunque
hay más.
Si tuviera que elegir, me quedaría
con el libro, porque es más completo y los personajes tienen mucho más peso.
Pero hay algo que me ha chirriado mucho del libro. También es una diferencia
entre la película y la novela, y que no he añadido a la lista porque quería explicarlo
mejor. Se trata de algo que hace Westly que me ha parecido… ¿machista?… o al
menos me ha decepcionado mucho:
Westly le propina un bofetón a
Buttercup cuando por fin se reúnen. Y aquí es cuando me invade un sentimiento
puramente negativo. Westly le pega porque ella se ha prometido con otro. Pero
¿qué iba a hacer? Pensaba que estaba muerto, y han pasado años. Además, no es
que él haya vuelto enseguida, sino que se ha tomado su tiempo haciéndose pasar
por pirata y divirtiéndose. No puede tomárselo así. Entonces, si algún día
descubre que ella se ha enamorado de otro (cosas que pasan en la vida y que
también le podría pasar a él) ¿también le pegaría? No creo que se deba de
juzgar el machismo de una novela escrita hace cincuenta años con lo que hoy es
políticamente correcto. Voy a explicarme mejor. Si fuera así escenas como la de
Gilda (otro bofetón) o películas como Blancanieves y los siete enanitos
merecerían la hoguera. La madrastra de Blancanieves es el personaje más
machista que existe, ya que no es malvada por desear el poder, sino que sus
celos respecto a la belleza la llevan a pretender cometer asesinato. Pero no
debemos juzgar las historias del pasado con los ideales que tenemos hoy en día.
Mi blog se llama Lo que el viento se dejó en honor a Scarlett O’hara, a quien
si conociera en persona hoy en día odiaría por vivir en un mundo racista,
machista y desear ser el centro de las miradas masculinas. Pero me gusta porque
los personajes están bien construidos y la trama bien argumentada. Tratando de explicarme
me estoy yendo por las ramas.
Pese a todo esto, sigue sin gustarme
el bofetón de Westley, y encuentro en este gesto algo mucho menos excusable que
en los ejemplos que he mencionado. Y lo encuentro peor porque lo de Westly no
es una crítica por parte de la novela. Westley es el hombre ideal, el príncipe
azul, el hombre bueno y perfecto que nos salvaría siempre del malo. En el caso de
Gilda, no hay ningún tipo de idealización hacia Johnny Farrell (Glenn Ford). Es
como es, ambicioso, con sus cosas buenas, pero en ningún momento lo muestran
como el príncipe azul. Lo mismo pasa con Lo que el viento se llevó. Ya se sabe
que ningún personaje es bueno. Y con esto no quiero decir que el señor Goldman
fuera un maltratador ni tuviera estos pensamientos. Sólo que no me ha gustado que,
al hombre ideal, perfecto, el que se está vendiendo como el amor de tu vida,
ese Westly maravilloso, se le vaya la mano con su princesa. Me sentí como si Aladdin
le pegase a la princesa Jasmine.
Que el personaje de Buttercup sea tan
pasivo no me ha molestado, porque el libro, ya lo he dicho, contiene ese toque
de parodia. Eso sí, me ha caído peor en el libro que en la película, porque se
muestra mucho más caprichosa e irascible.
Tampoco me ha gustado que las mujeres
del reino tengan tanta envidia de Buttercup por ser tan bella y dejen de
hablarle por envidia. Ni los hombres resentidos porque Buttercup los rechace.
Pero también me lo tomo como una parodia, ya que Buttercup en algún un momento
se plantea cuál es la diferencia entre la más bella y la segunda más bella. ¿No
es esto un poco subjetivo?
Esto es lo que menos me ha gustado
del libro, esos aspectos exagerados que poseían las primeras princesas Disney.
Hoy hay personajes femeninos tan fuertes en la fantasía, como Daenerys
Targaryen, Arya Stark, Dolores Abernathy, Hermione Granger, Leia Organa, Wonder
Woman, Lisbeth Salander (aunque esto no sería fantasía, sino thriller) …que
bueno, La princesa prometida se queda un poco atrás en el tiempo. Pero vuelvo a
insistir. Hay que entender la historia de otro modo. Como un clásico de otra
generación que dio vida al gran Iñigo Montoya.
Aunque me haya centrado en la
crítica, el libro sí me ha gustado. La manera de escribir de Goldman engancha
mucho y su modo irónico hace que el libro sea muy divertido, mucho más que la
película, y también, los personajes resultan más intensos.
He comentado que haría una reflexión
sobre mis gustos respecto a la fantasía y el romance. Ninguna es de mis
preferidas, pero siempre hay excepciones, claro. Quizás es que no he encontrado
suficientes historias que me marquen. Leí El Señor de los anillos y me encantó,
disfruté muchísimo los tres libros, y Juego de Tronos es una de las mejores
series que he visto. Pero más allá de eso no soy capaz de encontrar una
historia que me motive. Y es una pena. Lo mismo me ocurre con el género
romántico. Pienso en estas historias como en las películas de Jennifer Aniston
o las novelas de Daniel Steel de mi madre. No digo que sean malas, sólo que no
me generan interés. Sin embargo, adoro La La Land y Los puentes de Madison,
incluso Un paseo por las nubes. Para que una historia me guste primero debo
encontrar alguna motivación en el personaje y creérmelo. Que me enseñen un por
qué.

Resumiendo, recomiendo leer La
princesa prometida a los fans de la película, a los que disfrutaron con la
historia de Buttercup, Westly e Iñigo Montoya. El libro y la película mantienen
la misma magia y la historia no se distorsiona, pero el libro es mucho más
completo, más divertido e irónico. Engancha desde el primer momento.