martes, 17 de octubre de 2017

Relato: Interstate 5 (Parte 3)


¡Hola a todos! Os dejo la tercera parte de la historia de Dani y Natalia por tierras californianas.
Para los que queráis acceder a la primera y segunda parte aquí tenéis el link:


''Espero que os guste!! :)

Al tratar de ponerse en pie, Dani efectuó un gesto nervioso que le quedó violento. Cuando se apoyó en la mesa, ésta se agitó ligeramente. Lanzó una mirada a la dueña del establecimiento, a medio camino entre el desafío y la inseguridad, y sin pronunciar palabra se adentró en el pasillo que conducía al lavabo de mujeres. Encontró una estancia cuadrada, blanca y pequeña, que también hacía función de trastero. Una fregona mugrienta descansaba sobre un cubo de plástico carcomido. Un váter sin tapa, y una pica amarillenta. Eso era todo. Llamó a Natalia pero no obtuvo respuesta. Después se dirigió al lavabo de hombres. Nada. Natalia tampoco estaba allí.
Volvió a la sección restaurante, el matrimonio lo contemplaba distante, como si no comprendiera.

¿Por qué lo miraban así? Ellos habían secuestrado a Natalia.

Cogió aire, tratando de poner en orden las ideas. Estaba igual de enfadado que asustado.
–¿Algún problema?– dijo el hombre de rostro aporcelanado.
–Yo he venido con una chica, se llama Natalia. ¿Dónde está?
–Le repito que usted ha venido solo.
–Por favor–prosiguió el hombre–, le voy a pedir que abandone el local, está asustando a mi señora.
Dani dio media vuelta y volvió a llamar a Natalia. Dio cuatro gritos pero no obtuvo respuesta, y finalmente, desesperado, se dirigió a la calle.
Al abrir la puerta el sol fuerte le cayó como una losa. Se detuvo junto al jarrón de cerámica, para poder pensar con calma, lejos de esos dos secuestradores y a saber qué más.
–Señor, voy a llamar a la policía si no se marcha– comentó la señora a sus espaldas.
–No, a la policía la voy a llamar yo.
Dani oteó el perímetro. La gasolinera, el Starbucks, el Burger King, todo permanecía en su lugar. Incluso la furgoneta blanca continuaba allí. Y entonces vio algo de luz, una esperanza remota. El chico pelirrojo. Él tendría que servir de ayuda. Se acercó a toda prisa y la chica de la gasolinera, al verlo, se alarmó. En un inglés mediocre pero suficiente le pidió que llamase a la policía y ella, que no tendría más de veinte años, obedeció. Inmediatamente caminó entre los coches, buscando al chico pelirrojo de la furgoneta blanca. Al fondo, la pareja de mexicanos aún lo observaba trajinar.
–Perdonad, perdonad, me he cruzado antes con vosotros.
–Si – dijo el chico pelirrojo.
–Me habéis visto, ¿verdad?
–Yo no–dijo una chica que posiblemente era menor.
–Yo no–dijo otro desde dentro.
–Yo sí– dijo el pelirrojo.
–De acuerdo, entonces, me has visto ¿Y has visto que iba con una chica? Una chica rubia, no muy alta.
El pelirrojo dudó.
–Sólo te he visto a ti. Lo siento, no me he fijado.
Dani emitió un suspiro desesperado.
–Oíd–señaló al matrimonio que, desde la distancia, seguía siendo testigo de los actos de Dani–. Ese matrimonio de ahí ha secuestrado a mi novia, la tienen encerrada a saber dónde. Ha ido al lavabo y no ha vuelto. De eso debe de hacer veinte minutos.
Ante la noticia la gente se arremolinó.
–Está bien–dijo la chica de la gasolinera con tono pacificador–. La policía está de camino. Ya los he llamado, no tardarán en llegar, cálmese.
Dani le devolvió la mirada al matrimonio.
Qué impotencia.

Estos debieron de sentirse cohibidos, o cansados de la escena ¡A saber! Y entraron de nuevo en el local cerrando la puerta a sus espaldas.
La policía llegó pasado un cuarto de hora, cuando Dani daba pequeños pasos sin rumbo en la puerta de la gasolinera.
La chica, le hacía una compañía silenciosa a unos pocos pasos de distancia. Él ni siquiera advirtió su intento de apoyo moral, y cuando la pareja de policías, mujer joven y hombre mexicano de mediana edad, inspeccionaron el restaurante, él casi no le dirigió la palabra. Ella no lo reprochó, claro, porque ya se sabe que en momentos de tensión no hay cabida para las tonterías.
Al poco, la pareja de policías salió del local. Comentaron algo en la puerta, como si realizasen un pacto entre ellos, o ultimasen los detalles, y después se dirigieron hacia la gasolinera.
–No hemos encontrado nada fuera de lo normal.
–¿Qué? ¡Venga, hombre!
El policía habló con firmeza, con la mirada puesta en el recinto, y aquel gesto a Dani lo desesperó todavía más.

Al menos podría mirarme a la cara mientras me habla, ¿qué falta de respeto es esta?

Vio como subía la cintura del pantalón de una forma muy chabacana, casi pueblerina.

Por favor, que estamos cerca de Los Angeles, no hay catetos en esta zona. Pues parece que sí.

–¿Tiene pruebas de que una mujer viajaba con usted?
–¿Cómo que si tengo pruebas? Pues claro que las tengo.
Trató de calmarse, alguien nervioso pierde toda credibilidad. Pero, ¿cómo iba a ser capaz? Habían secuestrado a Natalia, y mientras, los mexicanos mostraban una actitud distante y asustadiza, como quien asume el inconveniente de tratar con un cliente chalado. Refugiaban su emoción en el buen actuar de la policía. Les habría destrozado ese local barato a machetazos, hasta encontrar a Natalia.
–Han secuestrado a mi novia–repitió como si tratara de hacer entender a un niño.
–No hemos encontrado a nadie.
De repente, a Dani se le ocurrió una idea.
–Venga conmigo.
Se dirigió al Chevrolet, con paso rápido. A esa hora el calor había atenuado y un aire más agradable se había instaurado en su lugar.
–Su maleta está en el coche.
Pero al abrir el maletero encontró únicamente la suya.
–No lo entiendo, aquí estaba su maleta. La maleta gris de Natalia.
–Mire, hemos contactado con el hotel de Los Angeles, dicen que usted se alojó solo. Que no le acompañaba ningún hombre ni ninguna mujer. Además, hemos revisado los vuelos con los llegó a Los Estados Unidos y no existe ningún pasajero con el nombre que usted asegura. No hay ninguna Natalia.
–Ni hablar, ¿qué dice? Yo he venido con una chica, usted está con ellos, se ha puesto de su parte.
El policía le pidió que él mismo llamase al hotel y Dani así lo hizo.
Una voz femenina le respondió. Trató de mantener la calma y le pidió que le confirmara la reserva.
–Vino solo– contestó la chica.
Dani colgó, ahora asustado y sin entender. La pareja de policía tenía una actitud tajante, como si diera por finalizada la situación.
–Por favor, márchese del restaurante y no vuelva.
–Váyase si no quiere que le detenga.
Subió al coche y arrancó, no porque tuviera intención de marcharse, sino porque la cercanía con el restaurante no le permitía pensar con claridad. Era como si le robara la energía. Se detuvo a unos pasos, y por el retrovisor divisó la silueta de los policías estancados junto al parking vacío del local. Tuvo la impresión de que lo trataban como a una amenaza y harían guardia hasta que se marchase. Sólo por precaución.
Miró el móvil. Las fotos, en alguna foto debería aparecer Natalia. Puf, apenas tres fotos del paseo de la fama y en ninguna salía Natalia. ¿Por qué no haría más fotos? Era un viaje, la gente hace fotos en los viajes. Se llevó las manos a la cara. ¿Dónde estaba Natalia? ¿Y si la habían matado? ¿Y si traficaban con sus órganos? Una idea tras otra cruzó su mente. A cuál peor. Era curioso la manera que tiene la imaginación de dispararse cuando el miedo la invade. Y por último...¿Y si estaba loco? Un día, en una discusión llevada al límite Natalia se asustó porque, según dijo, Dani se inventaba cosas. Y lo llamó esquizofrénico. Pero era por su tozudez y su necesidad de control. No porque estuviera loco. Natalia no hablaba en serio aquel día, sólo era una discusión. Aunque si Natalia no existía quizás sí sufría la enfermedad. ¿Natalia no existía? ¿Qué debía hacer? ¿Llamar a casa y preguntar a su madre si Natalia era real? El hotel, los de la compañía aérea, la policía...¿cómo podían compincharse? ¿Y a maleta? Vale, la maleta era fácil, sólo tenían que abrir el coche. La compañía aérea debería comprobarlo por sí mismo, pero ¿y el hotel? ¿También estaban con ellos? No podía ser, era una casualidad muy difícil de cumplirse. ¿Natalia no existía? Y que Natalia no existiera le dio más miedo que todo lo anterior, quizás no porque él estuviera loco, sino por el hecho de que de repente, la necesitaba a su lado. ¿Qué es peor? ¿Echar de menos a alguien que ha desaparecido o a alguien irreal?
Tengo que llamar a casa, decidió, y que mis padres piensen lo que quieran. Si estoy loco, pues estoy loco, pero tengo que saber si Natalia existe.
Apenas tenía batería, así que abrió la guantera del coche para buscar el cargador. No pretendía quedarse a media conversación. ¿Qué le diría a su madre? No te asustes, pero quiero saber con quien vine de viaje.
Encontró el cardador rápido, era persona ordenada. Cerró la guantera con un golpe seco y entonces, a los pies del asiento del copiloto, vio restos de arena. Miró el asiento. Una ligera mancha oscurecía el tapizado. Y al pasar la mano por encima, notó la humedad en los dedos.

Porque Natalia, todavía llevaba la ropa mojada. 

26 comentarios:

  1. ¡¡¡¡¡Hola!!!!1
    He estado desaparecida pero ya he vuelto.
    Antes de leer esto me he leído las partes anteriores y me tienes enganchadita, qué intriga por favor.
    Estoy deseando saber qué pasa, si Natalia existe o no existe.
    Besos y feliz martes.

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    1. Hola guapa! ya veo que has vuelto y con fuerza :) qué bien tenerte por aquí otra vez. En principio la historia acaba aquí. Tenía pensado tres partes y la idea era transmitir la duda, y veo que lo he conseguido, jeje con vuestros comentarios he pensado en seguirla, pero creo que si la extiendo romperé con la filosofía de la historia. Un besote guapa, me alegro de que te haya gustado! :)

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  2. ME HA ENCANTADO este capítulo...qué tensión!!!!!
    Genial, de corazón.
    Besos!

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    1. Mil gracias preciosa!! me alegro de que te haya gustado, un beso enorme de domingo!! :)

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  3. María, esperaré hasta el final y te comentaré cuando lo hayas acabado. Supongo que son cinco partes. Un beso.

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    1. Hola Ángeles, gracias por pasarte. La historia la acabaré aquí, tenía pensado que serían tres partes y aunque me he planteado seguirla creo que rompería con la filosofía que tenía en mente desde el principio. Así que la dejo, con el final que se me ocurrió inicialmente. Un besito guapa, feliz domingo.

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  4. Has conseguido sembrar la duda y la expectación en nosotros, María. Confieso que he llegado a dar por cierto que Natalia solo existía en la cabeza del protagonista, pero esas líneas finales... ¡Natalia existe y queremos saber qué le ha pasado! :))

    Muy bueno, me tienes en ascuas. Espero impaciente la continuación.

    ¡Un beso, guapa!

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    1. jajaja guapa!! Dije que haría tres partes y la acabo aquí. La gracia de la historia era dejar el final abierto, bueno a mí me gustan así. Pensé en seguirla al ver vuestros comentarios, como ya he dicho en alguna respuesta no quiero romper la filosofía que me generé al principio, cuando se me ocurrió.
      Un besote y feliz domingo! :)

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  5. ¡Qué tensión!

    Me has metido tanto en la historia que me has puesto nervioso y todo, ja,ja,ja.
    ¡Muy bueno María! ¿Habrá salido Natalia por la puerta trasera a coger algo del coche?
    ¿Es todo una confabulación de los americanos? ¿Existe Natalia? No se si has querido dejar el final abierto o esto tiene continuación, en cualquier caso felicidades por haber creado esa atmósfera asfixiante en este capitulo. Un fuerte abrazo.

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    1. jajajaja lo acabo aquí. Era la idea original que tenía, así que final abierto y que cada uno piense lo que le más le guste jajaja De hecho he tardado en responder a los comentarios porque estaba pensando en seguirla, pero creo que las cosas deben acabar como se planearon, sino degeneran. Me alegro mucho de que te haya gustado, un besazo enorme! :)

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  6. Me pasa como a Miguel y como ya me pasó la vez anterior: podría terminar así y quedaría muy bien, pero puede continuar y eso ganaremos los que disfrutamos con cada nueva entrega de tu relato.
    Un beso.

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    1. jajaja mil gracias guapísima! La historia acaba aquí, tal como la imaginé. Me alegro de que te haya gustado!! Un besazo enorme :))

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  7. Hola María. Dios mío que suspense en este capítulo... ¿habrá sido todo fruto de la mente de Dani, o hay pasa algo raro con los lugareños? Bueno es un final abierto, así que si tengo que elegir, creo que a Dani su cabeza le está jugando una mala pasada. Creo que lo has dejado así para que la gente se haga su propia idea, ¡ya me dirás!
    En todo caso ha sido un relato increíblemente entretenido, ágil y lleno de suspense. ¡Me ha encantado!
    Un besazo, María.

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    1. Guapa!! Sí, he creado un final abierto y veo que tú ya le has dado su propio final :) Me alegro de haber transmitido lo que pretendía, y que te haya gustado. Como ya he dicho antes, he tardado en contestar porque me planteé seguir la historia, pero la ideé así, y no quiero cambiar la idea original que me creé. Un besazo guapísima!!

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  8. Pero dónde estará esta chica? Es real o fruto de su imaginación? Necesito más... :D
    Besos

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    1. jajaja mil gracias por tu comentario, este es el final, abierto a más no poder jajajaja besotes!

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  9. !Que trepidante capitulo!
    Me encanta la narración llena de suspenso y ansias. Pobre de tu protagonista, está pasando por una situación enloquecedora. Sera real Natalia o simplemente la lleva en su imaginación.
    Me quedo con las mismas ansias por el siguiente capitulo.
    Un abrazo!

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    1. La historia son tres partes, así que éste es el final, me alegro de que te haya gustado! un besazo enorme guapa :)

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  10. El clima se viene calentando desde el principio y no es solo por el sol californiano.
    Muy bien descrita la relación entre Dani y Natalia porque va pintando el carácter controlador de él. Creaste un clima de suspenso que crece en cada parte y en la tercera estalla con una revelación inesperada: No hay ninguna Natalia.
    El lector comienza a especular si realmente existió en algún momento de su vida y cuando termina por convencerse de que tal vez, pero no ahora, en la frase final aparecen los vestigios de que hubo alguien en el asiento del acompañante.
    Creo que ese es el cierre del relato, continuarlo con explicaciones rompería la magia.
    ¡Muy bueno, María!
    Un gran abrazo.

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    1. Exacto! Y mira que eres la única que ha hecho hincapié en lo controlador que es Dani, porque además era lo quería remarcar. Veo que no se te han escapado los detalles. La historia acaba aquí, justo por lo que dices, rompería la magia y además la concebí así. Un beso enorme!

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  11. He venido aquí a ver qué pasaba con Natalia y me he quedado con las ganas. Ahora también me pregunto si Natalia existe o no. En fin, a esperar.
    Un besote.

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    1. Este es el final, lo he dejado un poco abierto. Gracias por pasarte y comentar! un besito Paloma!

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  12. ¡Fantástico, María! Creo que es la última parte y como tal te ha quedado genial. La zozobra por el destino de Natalia o incluso el desasosiego por la realidad de su existencia está transmitida, consiguiendo lo mejor que puede pretender un relato: dejar resonancia. Seguro que de aquí a un año recordaré aquella historia de la chica desaparecida en un viaje... Toda una historia que perfectamente podría pertenecer a la sería de LA DIMENSIÓN DESCONOCIDA o HISTORIAS DESDE LA CRIPTA. ¡Enhorabuena con entusiasmo! Un abrazo

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    1. Mil gracias David! Acaba aquí, sí. Me alegro de que te haya gustado y de que lo consideres digno de La dimensión desconocida, vaya halago, me has alegrado la tarde :)
      Un besote :)

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  13. ¿¿Sigue?? Espero que sí, quiero saber qué ha sido de Natalia. Describes de tal forma las escenas que las he llegado a visualizar (la cara aporcelanada del dueño del restaurante, la cutre fregona...). Además, me encantan las reflexiones que invitas a hacer, algunas subyacen al texto y otras no, como "¿Qué es peor? ¿Echar de menos a alguien que ha desaparecido o a alguien irreal?". Difícil respuesta, sin duda.
    ¡Besos, María!

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    1. Muchísimas gracias Chelo. Me alegra que te hayan gustado las reflexiones. Es una respuesta difícil sí, yo tampoco sé qué es peor. La historia acaba aquí, porque así la ideé y el final abierto permite eso, que cada uno se cree su propia idea. Un besito guapa!

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